Las organizaciones deben prepararse para el futuro: upskilling y reskilling.

En el pasado, la vida laboral de una persona seguía un patrón establecido: formación académica, obtención de un título y desarrollo de una carrera profesional sin grandes cambios. El mercado no exigía nuevas capacitaciones ni cambios en la empresa, por lo que algunas personas podían llegar a jubilarse después de muchos años trabajados como algo digno de reconocimiento.

Sin embargo, estas formas de aprender han quedado en el pasado y debemos estar preparados para un proceso constante de adquisición de conocimientos, también conocido como "lifelong learning". Ahora, la vida laboral se relaciona con una vida de aprendizaje continuo para poder adaptarse a los avances tecnológicos y la rapidez del mundo digital.

El ambiente laboral en la actualidad es muy diferente al de antes, debido a que estamos conectados constantemente a dispositivos digitales y hay una gran cantidad de herramientas tecnológicas que se usan en diversas áreas del saber y sectores profesionales.

Es casi imposible quedarse al margen de los cambios que se producen en la actualidad debido a la velocidad con la que evoluciona nuestra sociedad. De acuerdo con las estadísticas del Foro Económico Mundial, muchas habilidades laborales tendrán una nueva configuración en los próximos años. Según algunas investigaciones, para 2030 el 75-85% de los empleos requeridos no existen todavía.

¿Qué pueden hacer las empresas y sus equipos para lidiar con esta situación?

En los últimos tiempos, las empresas han incorporado nuevos conceptos a su lenguaje y estrategia debido a la competencia, la volatilidad del mercado, el riesgo de perder talento y la necesidad urgente de contar con personas capaces de adaptarse a las exigencias críticas de la organización.

Los dos conceptos que han ganado relevancia son 'reskilling' y 'upskilling'. El primero se refiere a la reeducación laboral para mejorar el perfil profesional de un trabajador y adaptarlo a las necesidades actuales del mercado. Por otro lado, el segundo se enfoca en la optimización del desempeño laboral dentro de la área de especialización del trabajador.

Estos procedimientos son fundamentales por varios motivos:

• Enfrentar el desfase tecnológico y la brecha digital, mejorando las habilidades digitales para lidiar con el ambiente cambiante y exigente.
• Retener a los empleados, reducir la tasa de rotación y renuncias voluntarias entre nuestros colaboradores
• Mejorar la imagen y fidelidad del trabajador hacia su organización, ya que se invierte en ellos para mejorar su rendimiento y progreso profesional.
• Las empresas que invierten en la formación de sus trabajadores para mejorar sus habilidades (upskilling y reskilling) contribuyen a la evolución social y laboral, ayudando a sus miembros a adaptarse. Esto también mejora la imagen de la compañía. Además, alinean su accionar con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas (ONU).
• Mejorar el clima laboral y la cultura de la empresa. Si los empleados reciben formación y tienen la oportunidad de desarrollar sus habilidades, estarán más motivados y con mayor capacidad, lo que tendrá un efecto positivo en todos los niveles de la organización.

No obstante, hay que recordar que aplicar estos procesos va más allá de mejorar la carrera laboral de los empleados. Se trata de transformarlos en trabajadores del futuro, no solo para su avance individual, sino para satisfacer las cada vez mayores y extraordinariamente veloces demandas del negocio.

Para tener una visión clara de su futuro, la empresa debe determinar qué habilidades necesitará en el corto, mediano y largo plazo. Esto implica hacer una comparación entre las capacidades de cada empleado y su capacidad para mejorar con formación o re-formación. Algunas de las acciones para lograrlo son:

Es importante que cada organización siga de cerca el mercado y las tendencias del sector profesional para detectar necesidades futuras del negocio. Asimismo, hay que seleccionar perfiles adecuados entre los trabajadores existentes, proveerles habilidades requeridas y ofrecerles nuevas oportunidades.

Es importante evaluar de forma continua las habilidades y competencias de los empleados desde el punto de vista del negocio. Esto con el objetivo de determinar qué trabajadores necesitan mejorar sus habilidades (upskilling o reskilling) y cuáles ya están preparados. Conocer el nivel actual de cada persona nos permitirá diseñar una estrategia apropiada para lograr los objetivos, o realizar ajustes si es necesario.

Las organizaciones pueden optimizar herramientas digitales para la formación de upskilling o reskilling, procurando que se realicen en horarios adecuados y dentro de la jornada laboral. Esto se puede lograr mediante la creación de una intranet específica para este tipo de formaciones, o bien contratando a empresas externas.

En conclusión, las empresas deben ser sensibles a la hora de seleccionar personal, formarlo y mejorar sus habilidades para adaptarse a los cambios del mercado laboral. Esto es crucial para mantener los proyectos y, sobre todo, para mantener contentos y motivados a los trabajadores. La supervivencia de la compañía depende de ello.