Human Up, un programa que busca transformar a España en un país más emprendedor e innovador, ha seleccionado a cuatro estudiantes de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) como finalistas. Este proyecto social, que lleva ocho años en marcha, se enfrenta al desafío de la falta de cultura y competencias en el ámbito académico, proponiendo un enfoque centrado en el desarrollo humano de los jóvenes con potencial innovador.
El objetivo del programa no es solo fomentar ideas, sino también potenciar a las personas capaces de generar un impacto positivo mediante la colaboración ante diversos retos. En esta edición, los participantes provienen de 16 grados distintos y 8 universidades, lo que contribuye a una rica diversidad que enriquece su experiencia.
Estudiantes Finalistas de la UPM
Los finalistas de la UPM son Alejandro Pastor, Diego Valentín Rodríguez, Susana Espinoza y José Flomesta. Ellos están cursando estudios en áreas como Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial, Ingeniería de Computadores, un Máster en Planeamiento y Ordenación Territorial, y un Doctorado en Agroingeniería.
A lo largo del mes de marzo, estos jóvenes han participado en sesiones experienciales llevadas a cabo en La Nave Madrid. Estas actividades se han enfocado en habilidades esenciales como la proactividad, la comunicación, el liderazgo, la empatía y la creatividad. Además, han tenido la oportunidad de interactuar con referentes del emprendimiento y trabajar en proyectos colaborativos que buscan generar un impacto significativo.
Becas y Oportunidades para Jóvenes Innovadores
La participación en Human Up está completamente becada y es liderada por la Asociación para el Impulso del Talento Joven, surgida de Dynamis Consultores. Esta iniciativa refleja su compromiso por apoyar a los jóvenes a través de proyectos sociales transformadores.
Los estudiantes han resaltado cómo el programa les ha permitido explorar la innovación desde una perspectiva humana. Han aprendido que cada equipo necesita una combinación diversa de habilidades, que existen tantos estilos de liderazgo como individuos, y han podido reconocer su propio valor dentro del grupo. Además, han encontrado una comunidad donde pueden expresarse libremente y enriquecerse con las experiencias de sus compañeros provenientes de diferentes disciplinas.
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