El comisionado del Reto Demográfico de Castilla-La Mancha, Jesús Alique, ha revelado datos significativos sobre las ayudas destinadas a autónomos en zonas despobladas. Durante el año 2024, el Gobierno regional asignó un total de cuatro millones de euros en 1.306 subvenciones para fomentar el inicio y la consolidación de actividades económicas en estas áreas. De este total, 659 ayudas, más de la mitad, fueron otorgadas a mujeres emprendedoras que operan en entornos rurales.
Estas cifras subrayan el rol crucial de las mujeres en la lucha contra la despoblación, un fenómeno que se ve acentuado por el envejecimiento poblacional y una creciente masculinización. Alique destacó que estas estadísticas evidencian cómo las mujeres son aliadas esenciales en el desarrollo económico de las zonas rurales.
Participación en el curso de verano sobre emprendimiento femenino
Alique participó recientemente en el curso de verano organizado por la Universidad de Castilla-La Mancha titulado ‘¿Qué estás trajinando? Emprendimiento de mujeres en nuestros pueblos’. En este evento, compartió panel con figuras como César Sánchez, vicerrector de Cultura, Deporte y Compromiso Social; Esther Haro, directora general de Economía Circular; y Yolanda Salinero, coordinadora del curso.
El comisionado también mencionó que durante 2024 se concedieron un total de 4.088 ayudas para proyectos emprendedores en la región. Esto significa que aproximadamente una de cada tres ayudas se destinaron a iniciativas ubicadas en zonas despobladas, lo cual refleja un impulso hacia la actividad económica local.
Políticas de género y su impacto en la despoblación
Alique enfatizó la necesidad urgente de implementar políticas de género para cerrar las brechas entre hombres y mujeres frente al reto demográfico. “Las mujeres del medio rural son fundamentales para fortalecer la cohesión social y territorial”, afirmó. Además, explicó que la Estrategia frente a la Despoblación establece un marco para coordinar acciones que promuevan su capacitación y oportunidades laborales.
La estrategia incluye medidas específicas para facilitar la conciliación laboral y familiar, tales como programas destinados a cuidar a menores y servicios para atender a personas mayores. Estas iniciativas buscan aliviar las cargas que suelen recaer sobre las mujeres, permitiéndoles así acceder más fácilmente al empleo o al emprendimiento.