Un reciente estudio publicado en npj Digital Medicine revela que los usuarios de la aplicación NHS Active 10, diseñada para fomentar un estilo de vida más activo, aumentaron de manera inmediata su tiempo dedicado a caminar, tanto de forma rápida como lenta. Esta investigación fue llevada a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge.
A pesar de que los niveles de actividad tienden a disminuir con el tiempo, los datos indican que, incluso después de 30 meses, aquellos que continuaron utilizando la aplicación mantenían una actividad superior a la que tenían antes de comenzar a usarla. La inactividad física está asociada con problemas graves de salud, incluyendo enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y depresión, lo que provoca casi 4 millones de muertes prematuras al año y costos sanitarios significativos.
En Inglaterra, más del 37% de los adultos no alcanzan las 150 minutos semanales recomendadas de actividad moderada, que incluye caminar rápidamente. Aproximadamente uno de cada cuatro adultos realiza menos de 30 minutos semanales. En este contexto, las aplicaciones móviles orientadas a la salud han cobrado relevancia al permitir a los usuarios monitorear su actividad física y recibir retroalimentación personalizada. La NHS Active 10 fue lanzada en 2017 y ha sido descargada más de 1.5 millones de veces desde su lanzamiento.
Efectividad del seguimiento en la actividad física
En el primer análisis formal sobre la efectividad de esta aplicación, los investigadores examinaron datos anónimos de más de 200,000 usuarios que habían utilizado la app durante al menos un mes entre julio de 2021 y enero de 2024. Estos usuarios consintieron compartir sus datos para fines investigativos.
De quienes proporcionaron información demográfica, tres cuartas partes eran mujeres y la edad promedio era de 51 años; además, un tercio tenía 60 años o más. Al descargar la aplicación, se solicitó permiso para acceder a sus datos históricos sobre caminatas. Antes del uso del programa, los individuos caminaban en promedio solo 12.3 minutos al día a paso rápido y 30.4 minutos al día a paso lento.
El primer día tras descargar la app, los usuarios incrementaron su tiempo caminando rápidamente en un promedio adicional de 9 minutos diarios y aumentaron su caminata lenta en 2.6 minutos diarios. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, el tiempo dedicado a caminar rápidamente disminuyó aproximadamente en 0.15 minutos diarios por cada mes transcurrido.
Mantenimiento del uso y beneficios prolongados
A pesar del descenso gradual en el tiempo activo, más del 35% de los usuarios continuaron utilizando la aplicación después de seis meses y alrededor del 21% persistió tras un año; cifras notablemente superiores al promedio global para aplicaciones relacionadas con salud y fitness.
Al final del período estudiado (30 meses), estos usuarios seguían caminando un promedio adicional diario de 4.5 minutos rápidamente y 0.8 minutos lentamente comparado con sus hábitos previos al uso de la app.
La doctora Dharani Yerrakalva, primera autora del estudio, comentó: “A pesar del descenso en niveles activos con el tiempo, aquellos que mantuvieron el uso tras más dos años estaban realizando más actividad física que antes”. Además, subrayó que incrementos modestos en actividad pueden traducirse en beneficios significativos para la salud pública.
Perspectivas futuras para la salud pública
El profesor Simon Griffin, coautor principal del estudio, destacó el éxito aparente del Active 10 al motivar a cerca de 200 mil personas a aumentar su actividad física moderada. Propuso considerar cómo estas aplicaciones podrían integrarse dentro del sistema nacional sanitario (NHS) para facilitar un enfoque más personalizado hacia la medicina.
Un usuario satisfecho es Simon Willcock, quien tras una exitosa intervención cardiaca decidió mejorar su estado físico gracias a Active 10: “He cambiado mi comportamiento al caminar con mis perros; ahora camino más rápido”, afirmó mientras compartía su experiencia positiva sobre cómo ha mejorado su salud general sin necesidad de costosos gimnasios.
Este estudio fue financiado por el Instituto Nacional para la Investigación en Salud (NIHR) y el Consejo Médico Research Council.