La actual ola de calor en Galicia ha sido objeto de análisis por parte del coordinador científico del Observatorio Astronómico Ramón María Aller de la Universidad de Santiago de Compostela (USC). Según sus declaraciones, este fenómeno climático, aunque prolongado, no se compara con episodios anteriores que han registrado temperaturas mucho más extremas. En particular, el 4 de agosto se alcanzaron los 35.8 grados Celsius, la temperatura más alta registrada hasta ahora en este mes.
El profesor Docobo ha señalado que al comparar las últimas décadas, la ola de calor más severa fue la de julio de 1990, donde se superaron los 35 grados en cinco ocasiones y se alcanzó un récord histórico de 40.3 grados el día 20. Este evento sigue siendo un referente en cuanto a temperaturas extremas en la ciudad.
Análisis de olas de calor pasadas
A lo largo de los años, otras olas de calor también han dejado su huella en Galicia. Por ejemplo, agosto de 2003 fue notablemente caluroso, con 14 días superando los 30 grados. Los días más críticos fueron el 6, 7 y 12, alcanzando picos de hasta 39.7 grados. En julio de 2006, otra ola intensa mostró valores máximos desde el día 9 hasta el 17, con un máximo registrado de 38.7 grados.
No obstante, la situación no es nueva; en julio de 2013, se repitió un patrón similar con 13 días consecutivos por encima de los 30 grados. En septiembre del año siguiente también se registraron temperaturas elevadas, culminando con un máximo de 38.7 grados.
Cambio en las precipitaciones y sequías históricas
A medida que avanza el año, las condiciones climáticas han mostrado una tendencia preocupante. Este año, las precipitaciones han sido escasas: solo se registraron 29.4 litros por metro cuadrado en junio y apenas 12.3 litros por metro cuadrado en julio, sin lluvias hasta ahora en agosto. El último registro significativo fue el 25 de junio.
A pesar de estos datos recientes, el profesor Docobo advierte que existen antecedentes históricos que demuestran largos períodos secos en Galicia. Por ejemplo, entre junio y octubre del año 2018, solo cayeron 93 litros por metro cuadrado, mientras que en verano del año 2020, la sequía se extendió hasta mediados de agosto.
Aunque actualmente las noches no presentan temperaturas mínimas excesivamente altas —la más cálida no bajó de los 18.3 grados Celsius, comparado con los registros históricos que alcanzaron los 21.9 grados Celsius— es evidente que el clima gallego está experimentando cambios significativos que merecen atención.
Puntos clave sobre el clima actual y su historia reciente
A medida que se analiza esta ola actual frente a eventos pasados, queda claro que aunque las temperaturas son elevadas, aún no se acercan a los récords históricos establecidos hace décadas. La combinación entre olas de calor y sequías prolongadas plantea interrogantes sobre cómo estos fenómenos afectarán al futuro climático regional.
A medida que avanzamos hacia un clima cambiante y potencialmente más extremo, es esencial seguir monitorizando estas tendencias para entender mejor sus implicaciones a largo plazo.