El Centro Astronómico Clavius de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México ha continuado su ciclo de conferencias de otoño con una pregunta que desafía a la imaginación: ¿qué hay dentro de un agujero negro? La charla fue presentada por el Dr. Miguel Ángel García Aspeitia, investigador del Departamento de Física y Matemáticas, quien guió a los asistentes en un recorrido por la relatividad general, la astrofísica moderna y las observaciones más recientes.
Ante un público compuesto por estudiantes, académicos y entusiastas de la astronomía, García Azpeitia enfatizó que los agujeros negros han evolucionado de ser meras soluciones matemáticas a convertirse en realidades observacionales. “Hoy sabemos que existen; los hemos fotografiado y detectado indirectamente gracias a las ondas gravitacionales”, afirmó.
En 2022, telescopios de la NASA observaron un agujero negro masivo que destruyó una estrella desafortunada que se acercó demasiado. Esta evidencia refuerza la comprensión actual sobre estos misteriosos fenómenos cósmicos.
De Einstein a la evidencia empírica
El expositor detalló cómo las ecuaciones del campo de Albert Einstein (1915) abrieron la puerta para entender la curvatura del espacio-tiempo y prever la existencia de objetos cuya gravedad es tan intensa que ni siquiera la luz puede escapar. Karl Schwarzschild, durante la Primera Guerra Mundial, encontró la primera solución matemática que hoy conocemos como el radio de Schwarzschild.
Años más tarde, científicos como Roger Penrose y Stephen Hawking validaron la existencia de estos objetos y exploraron fenómenos como la “espaguetificación” de la materia o la radiación de Hawking, que predice la evaporación gradual de los agujeros negros.
La confirmación empírica llegó un siglo después: en 2019, una colaboración internacional liderada por el Telescopio del Horizonte de Eventos logró obtener la primera imagen de un agujero negro en la galaxia M87, seguida en 2022 por otra imagen del famoso Sagitario A*, ubicado en el centro de nuestra Vía Láctea.
Dilemas contemporáneos en astrofísica
A lo largo de su presentación, García Azpeitia utilizó ejemplos históricos para ilustrar cómo los colapsos estelares permiten comprender la formación de agujeros negros y qué sucede cuando las estrellas superan ciertos límites de masa. También planteó dilemas actuales: ¿cuál es realmente la naturaleza de la singularidad? ¿Existen dimensiones extra? ¿Qué ocurre con la información que podría perderse tras el horizonte de eventos?
El conferencista invitó al público a ver estos enigmas no como barreras inalcanzables, sino como motores de creatividad científica. “El universo es más extraño de lo que imaginamos; quizás dentro de un agujero negro encontremos pistas sobre dimensiones o procesos aún desconocidos”, concluyó.
Misterios del interior del agujero negro
Dentro de un agujero negro, las leyes físicas tal como las conocemos se desmoronan. Las ecuaciones formuladas por Einstein sugieren que todo converge hacia una singularidad donde tanto el tiempo como el espacio se comportan de maneras incomprensibles. Existen teorías que postulan caos en el espacio-tiempo o incluso objetos ultradensos y dimensiones adicionales. Lo indiscutible es que los agujeros negros son reales, aunque su interior sigue siendo uno de los grandes misterios del cosmos.
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Situa en el cuarto piso del edificio S en IBERO, el Centro Astronómico está diseñado para aquellos apasionados por la astronomía; coordinado por profesionales, sus actividades están dirigidas a personas de todas las edades.
Texto: Mariana Domínguez Batis
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