Los centros de datos desempeñan un papel crucial en la economía digital actual. Detrás de cada mensaje, video o aplicación que utilizamos, hay servidores operando incesantemente, lo que conlleva un alto consumo energético y una consecuencia a menudo ignorada: el calor residual que se genera y, en muchos casos, se desperdicia.
Frente a este desafío, Hotta, una startup soriana de tecnología energética fundada en 2021, ha encontrado una oportunidad innovadora. Todo comenzó con una observación durante sus experimentos iniciales con servidores: el calor producido podía ser reutilizado. De esta idea surgió su primer prototipo y un enfoque hacia la investigación en tecnologías de refrigeración líquida e integración térmica. Su meta es clara: minimizar el despilfarro energético en los centros de datos y transformar ese calor en un recurso valioso para edificios, comunidades y procesos industriales.
El impulso recibido del programa Neotec del CDTI Innovación, respaldado por los fondos europeos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), ha sido fundamental para que Hotta avance en su sistema de refrigeración líquida de alta eficiencia. Esta tecnología permite convertir el calor generado por los servidores en energía útil para calefacción, agua caliente e incluso procesos industriales.
Transformando el Calor Residual en Energía Útil
La esencia del proyecto de Hotta radica en un sistema de inmersión líquida de alta densidad que captura el calor producido por los servidores y lo transforma en energía térmica aprovechable. Esto se logra mediante la combinación de refrigeración optimizada por inmersión, circuitos hidráulicos con intercambiadores de calor y módulos térmicos que elevan la temperatura para aplicaciones como calefacción o agua caliente sanitaria.
“Nuestra misión es conectar el exceso de calor residual generado por la computación con la demanda térmica de hogares e industrias, reciclando energía y reduciendo emisiones”, señala Gonzalo García, CEO y cofundador de Hotta, quien dirige la empresa junto a Aarón Molina, su CTO.
Aparte de generar calor, esta tecnología también permite producir frío mediante equipos accionados térmicamente, como enfriadoras de absorción o adsorción. “El calor residual puede impulsar ciclos de refrigeración, proporcionando frío para climatización o procesos industriales”, añade García.
Resultados Concretos y Beneficios Ambientales
El respaldo del CDTI Innovación ha sido decisivo para que Hotta pase de prototipos a soluciones industriales efectivas. Este apoyo ha facilitado la validación tecnológica en entornos reales y la preparación para escalado industrial. “Gracias al impulso del programa Neotec, hemos podido acelerar nuestro I+D y avanzar rápidamente hacia un producto industrial validado”, reconoce García.
Hasta 2024, Hotta ha completado cerca de 50 instalaciones residenciales y comerciales, muchas integradas con energía fotovoltaica. “En estos casos hemos logrado facturas de calefacción cercanas a cero; incluso algunos han visto su consumo eléctrico neto reducido prácticamente a cero gracias a la compensación con fotovoltaica”, destaca García.
El sistema desarrollado por Hotta abarca necesidades tanto media como alta temperatura, alcanzando hasta 90?°C. Esto amplía considerablemente sus aplicaciones y facilita su integración en instalaciones existentes para reemplazar calderas fósiles. “Cuanto mayor es la temperatura útil generada, más sencillo resulta integrar nuestra solución”, enfatiza el CEO.
Visión Futura y Estrategia Global
Con miras al futuro, Hotta planea consolidar su tecnología como estándar del mercado y expandirse internacionalmente. Inicialmente se enfocará en España antes de dirigirse hacia Europa y proyectos selectivos en Estados Unidos. “Nuestro objetivo es combinar el concepto 'calor como servicio' con energías renovables y redes térmicas”, explica García.
A largo plazo, aspiran a ser líderes en eficiencia energética y sostenibilidad, cerrando el ciclo entre computación y energía. “Deseamos que los centros de datos se conviertan en proveedores eficientes de calor útil para la sociedad”, concluye García.
Iniciativas como las de Hotta son ejemplos claros del poder transformador que puede tener la innovación tecnológica en la transición energética. Gracias a estas soluciones concretas, no solo se apoya la economía digital sino también se promueve un modelo sostenible basado en la eficiencia energética y la economía circular.