Durante la ceremonia de otorgamiento del Doctorado Honoris Causa en Literatura, el rector de la Universidad del Valle, Guillermo Murillo Vargas, pronunció palabras significativas sobre el escritor Julio César Londoño.
Los escritores a menudo emergen en contraposición a las normas académicas. Existen aquellos que han pasado por escuelas de letras y otros que, sin títulos universitarios, se ven impulsados por una vocación innata hacia la escritura. En ocasiones, como hoy, la academia reconoce a un autor que ha cultivado su obra fuera de sus confines, otorgándole un grado que ha ganado con esfuerzo en su lucha constante con las palabras.
Julio César Londoño es un claro ejemplo de este tipo de autores autodidactas. Su variada y erudita producción literaria refleja una profunda disciplina intelectual, el rigor propio del ensayista y la voluntad de hacer accesibles temas científicos al público general. Además, destaca por su habilidad para construir relatos cautivadores y su generosidad al actuar como profesor de literatura, buscando siempre enseñar a escribir.
Un Reconocimiento Merecido
Julio César inició sus estudios en la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Valle. Al abandonar esa carrera, contribuyó tanto a la literatura como a la ingeniería. Años después, esta misma universidad le confiere el Doctorado Honoris Causa en Humanidades, rectificando así un desliz de juventud.
A partir de hoy, corresponde a sus colegas en la Escuela de Estudios Literarios analizar su obra y describir los méritos que han sido evaluados por diversos consejos académicos que respaldan este reconocimiento.
Como rector, tengo el deber de resaltar el inmenso valor que representa para nuestra sociedad contar con una figura como Julio César Londoño, cuyo compromiso como columnista y ensayista ha estado siempre alineado con la verdad. Ha sido una voz crítica e independiente; ningún político ni escritor ha escapado a su aguda ironía.
Una Perspectiva Crítica y Constructiva
Londoño sostiene que en el ensayo la erudición es solo un medio para formular hipótesis; en sus columnas, utiliza la ironía como herramienta contra la ingenuidad; en sus cuentos, busca precisión para llegar a conclusiones inevitables; y en su taller de escritura promueve una creación colectiva donde el profesor juega un papel fundamental.
No obstante, su obra no aboga por la violencia ni la desesperanza. Por el contrario, siempre transmite un mensaje sobre la capacidad humana para descubrir o crear maravillas en el ámbito científico o impulsar iniciativas sociales desde lo político. Detrás de su escepticismo se encuentra una mirada humilde hacia la realidad y confianza en sus recursos.
Para la Universidad del Valle, es un honor conferirle a Julio César Londoño el Doctorado Honoris Causa en Literatura. Este reconocimiento llega tardíamente pero con gratitud hacia quien fue un exalumno potencial. Es un homenaje basado en una obra sólida y un orgullo vallecaucano que celebramos ante toda la sociedad.
Muchas gracias.
Guillermo Murillo Vargas, Ph.D.
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