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Tóxicos interiores

Tesis de la ULL revela falta de conocimiento sobre tóxicos en interiores entre universitarios
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Tesis de la ULL revela falta de conocimiento sobre tóxicos en interiores entre universitarios

miércoles 11 de diciembre de 2024, 13:00h

Una tesis doctoral de la Universidad de La Laguna, defendida por María Toledo Pérez-Andreu, revela el limitado conocimiento del alumnado universitario sobre los tóxicos en interiores. El estudio destaca la necesidad de integrar educación sobre salud en el entorno universitario, evidenciando lagunas en la percepción de riesgos asociados a sustancias químicas comunes. Se proponen medidas para mejorar la calidad del aire y fomentar hábitos saludables que minimicen la exposición a contaminantes.

La arquitecta y especialista en bioconstrucción y sostenibilidad, María Toledo Pérez-Andreu, presentó recientemente su tesis doctoral titulada «Conocimientos, creencias y hábitos de vida del alumnado universitario con respecto a los tóxicos en los espacios interiores» en la Universidad de La Laguna. Este trabajo, dirigido por la catedrática de Didáctica y Organización Escolar Lidia Santana Vega, aborda una problemática cada vez más relevante: el impacto de los productos químicos comunes y materiales presentes en nuestros hogares sobre la salud y el bienestar.

La investigación se centra en cómo percibe la población joven universitaria el problema de los tóxicos en interiores, analizando su nivel de conocimiento, las creencias que guían sus decisiones y los hábitos que pueden mitigar o agravar riesgos. Durante la defensa de su tesis, Toledo subrayó: «Aprender a vivir sin tóxicos en espacios interiores es una prioridad que afecta tanto al bienestar individual como al colectivo».

Resultados Reveladores sobre el Conocimiento de Tóxicos

Los hallazgos del estudio muestran un panorama variado entre los encuestados. Aunque algunos identifican correctamente riesgos asociados a sustancias como el formaldehído y el radón, muchos desconocen las múltiples fuentes de estos compuestos. Además, existen lagunas significativas en el conocimiento sobre disruptores endocrinos, cuyos efectos son ignorados por un porcentaje considerable. Esta percepción está influenciada por factores culturales; por ejemplo, los desodorantes en spray son considerados inofensivos mientras que productos como la lejía son vistos con más precaución debido a sus etiquetas advertidoras.

La calidad del aire es crucial para la salud humana ya que afecta no solo al sistema respiratorio sino también a otros aspectos del bienestar general. Las personas pasan cerca del 90% de su tiempo en espacios cerrados, donde la concentración de contaminantes puede ser mucho mayor que al aire libre. Compuestos orgánicos volátiles (COV), partículas finas y alérgenos están relacionados con problemas respiratorios, cardiovasculares y hormonales, además de afectar la función cognitiva y el rendimiento académico.

Necesidad de Educación sobre Riesgos Químicos

El estudio también revela una exposición inadvertida significativa a COV y otras sustancias nocivas en interiores, principalmente debido al uso de materiales de construcción y productos de limpieza. Esto refleja una desconexión entre la percepción del riesgo y el uso cotidiano de productos químicos; muchos estudiantes creen erróneamente que estos son seguros si no presentan olores fuertes. Aunque se reconoce la importancia de ventilar los espacios interiores, las estrategias adoptadas suelen ser inadecuadas.

A pesar de que prácticas como ventilar los espacios o reducir el uso de productos químicos agresivos son consideradas efectivas, su implementación es inconsistente. Por ejemplo, aunque muchos estudiantes ventilan cuando se mudan a un nuevo hogar o reforman uno existente, algunos solo lo hacen hasta que desaparece el olor a pintura, sin saber que los COV pueden persistir incluso sin olor perceptible.

Propuestas para Mejorar la Calidad del Aire Interior

Para abordar estas deficiencias educativas, la tesis enfatiza la necesidad de integrar programas que informen sobre estos riesgos e impulsen hábitos más saludables. Se propone incluir actividades prácticas como experimentos y análisis dentro del currículo educativo.

Además, se destaca la importancia de formar profesionales capacitados para diseñar espacios saludables y sostenibles. La incorporación temprana de programas educativos sobre salud ambiental podría facilitar cambios positivos en los hábitos diarios.

Entre las recomendaciones para mejorar la calidad del aire en interiores se incluye reducir las fuentes contaminantes mediante el uso de materiales libres de COV y adoptar hábitos saludables que minimicen el uso de productos químicos agresivos. También es fundamental controlar la humedad para prevenir moho y asegurar sistemas eficientes de ventilación.

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