El agua es un recurso esencial para la vida, pero su disponibilidad es cada vez más limitada. En este contexto de escasez hídrica, la gestión adecuada del agua se convierte en una prioridad para garantizar su transporte desde fuentes como embalses y manantiales hasta los hogares. Este proceso se realiza a través de sistemas de tuberías, que en muchas ocasiones son obsoletos y poco eficientes. Con el fin de optimizar esta gestión, un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba ha desarrollado un innovador modelo predictivo que busca reducir las fugas de agua ocasionadas por el exceso de presión en las redes de distribución.
El proyecto ha sido llevado a cabo por un grupo del Departamento de Física Aplicada, Radiología y Medicina Física, integrado por los expertos David Muñoz Rodríguez, Alberto Jesús Perea Moreno, María Jesús Aguilera Ureña, junto con Manuel J. González Ortega, de la Universidad de Sevilla, y el alumno Andrés Ortega Ballesteros, quien recientemente completó su tesis doctoral sobre este tema. Según explican los autores, existe una relación directa entre la presión del agua y la aparición de fugas, así como el volumen que se pierde a través de ellas. Disponer de datos precisos sobre esta variable permite a los gestores ajustar la presión mediante válvulas, evitando así el desperdicio innecesario.
Un modelo basado en datos reales para mejorar la eficiencia
El sistema ideado por el equipo cordobés se fundamenta en la metodología Box-Jenkins, utilizada para analizar series temporales y realizar pronósticos. Este modelo ha sido validado con datos reales provenientes de una red de distribución de agua en Noja, un municipio cántabro caracterizado por sus fluctuaciones poblacionales durante las vacaciones, lo que impacta directamente en la demanda y necesidades hídricas.
El resultado es un modelo predictivo escalable a otras redes similares que enfrenta uno de los principales desafíos: la falta de datos en tiempo real que permitan ajustes dinámicos en la presión del agua. Gracias a esta herramienta, las empresas gestoras pueden anticipar variaciones y tomar medidas preventivas eficaces.
Aumentando la calidad del servicio y prolongando la infraestructura
Los beneficios del modelo no se limitan únicamente a la reducción de fugas y pérdida de agua; también mejora considerablemente la calidad del servicio ofrecido a los usuarios al adecuar la presión según demanda. Además, minimiza el riesgo de nuevas averías, lo que contribuye a disminuir los costos de mantenimiento y prolongar la vida útil de las tuberías, una infraestructura crucial para asegurar el suministro del vital recurso hídrico.
Cita relevante:
"Innovation ARIMA models application to predict pressure variations in water supply networks with open-loop control. Case study in Noja (Cantabria, Spain)", publicado por David Muñoz Rodríguez et al., en Energy Nexus (Volumen 18, junio 2025).