La Universidad Loyola ha tenido una destacada participación en la Cuarta Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo (FFD4), donde la profesora Mª Luz Ortega ha defendido la necesidad de una economía que libere a los países empobrecidos del asfixiante peso de la deuda. Durante su intervención, Ortega enfatizó la urgencia de reestructurar un sistema de deuda que limita el acceso a derechos básicos para millones de personas.
En la mesa redonda titulada “Son personas, no números. Economía al servicio de las personas y del planeta”, la profesora expuso cómo algunos países destinan más recursos al pago de intereses de la deuda que a áreas vitales como la educación o la salud. “No es ético ni sostenible”, afirmó, poniendo de relieve cómo este modelo afecta especialmente a las economías más vulnerables.
Un llamado a la acción por parte de Loyola
El evento fue organizado por la Conferencia Episcopal Española, junto con Cáritas, Manos Unidas, REDES, CONFER, Justicia y Paz y el HUB español de la Economía de Francisco, con el apoyo de la Universidad Loyola y la Fundación ETEA – Instituto de Desarrollo. Este encuentro se enmarca en el Jubileo 2025 convocado por el Papa Francisco, quien ha instado a condonar las deudas impagables que asfixian a los países más necesitados.
Mª Luz Ortega subrayó que muchos gobiernos se encuentran atrapados en una deuda heredada, contraída por regímenes anteriores. “La deuda crece como una bola de nieve. Mientras tanto, no hay margen para invertir en infraestructuras, sanidad o educación. Es un ciclo vicioso en el que siempre pierden los más pobres”, expresó durante su intervención.
Propuestas concretas para un cambio sistémico
Durante su ponencia y en entrevistas previas, como una concedida al medio Omnes, Ortega presentó las claves del Jubilee Report, un informe respaldado por el Vaticano que propone medidas concretas para abordar la crisis de deuda y construir una economía global centrada en la dignidad humana y la sostenibilidad. Una de las propuestas destacadas es el principio de transferencias netas positivas: “No se puede seguir recibiendo ayuda por un lado y devolver más dinero por otro. Eso no es ayuda, es dependencia”.
Además, hizo hincapié en la necesidad urgente de transformar el sistema fiscal global: “Es necesaria una arquitectura tributaria internacional que evite la evasión fiscal y permita a estos países generar ingresos propios. La justicia fiscal es fundamental para su desarrollo autónomo.” Ortega recordó también que durante el Jubileo del año 2000 se cancelaron más de 100.000 millones en deuda, demostrando que esto es posible si existe voluntad política y apoyo social.
Finalmente, hizo un llamado a instituciones, Iglesia y ciudadanía para abogar por un modelo económico verdaderamente humano: “La deuda no puede gestionarse solo desde la lógica del acreedor. Necesitamos que el sistema financiero internacional mire a las personas y no solo a los balances.” La presencia activa de Loyola en este foro refleja su compromiso con la justicia global y el desarrollo sostenible.
A través de su identidad jesuita, la Universidad Loyola continúa trabajando incansablemente por una economía inclusiva que no deje a nadie atrás.