El curso de verano de la Universidad de Almería ha concluido en Cuevas del Almanzora, centrándose en el papel crucial de la ciudadanía en la consecución de la democracia en España. Durante este evento, se destacó cómo las asociaciones de vecinos jugaron un papel fundamental al dar visibilidad a las mujeres, quienes tradicionalmente habían estado relegadas al ámbito doméstico, y les facilitaron su participación en la esfera pública.
La Transición española es vista no solo como un proceso impulsado por figuras políticas, sino también por movimientos sociales que surgieron desde la base. Este enfoque fue el eje central del curso dirigido por Rafael Quirosa-Cheyrouze y Antonio Llaguno, titulado ‘El protagonismo de la ciudadanía. Los movimientos vecinales en los municipios del Levante almeriense’.
Movimientos Sociales y Cambio Político
Teresa Ortega, catedrática de Historia Contemporánea en la Universidad de Granada, subrayó la importancia de los movimientos sociales entre 1960 y 1980 para lograr un cambio político significativo en España. “Sin ellos, habríamos estado abocados al continuismo que pretendían los sectores más cercanos al dictador”, afirmó Ortega. Según ella, durante los años 70 ya se demandaba un cambio desde diversos ámbitos como el laboral, universitario y feminista.
Ortega enfatizó que “los años 60, 70 y 80 fueron fundamentales para acabar con la dictadura franquista y construir un estado democrático”. Sin embargo, lamentó que estos movimientos sociales hayan sido silenciados a lo largo del tiempo. La narrativa oficial sobre este periodo ha destacado principalmente a figuras políticas y sindicalistas, dejando de lado a otros actores clave como el movimiento obrero o el feminista.
El Papel de las Asociaciones Vecinales
Mónica Fernández, profesora y coordinadora del Grado de Historia en la UAL, abordó el tema del asociacionismo vecinal en Almería. Destacó que esta movilización social no solo ocurrió en grandes ciudades, sino también en localidades con altos niveles de subdesarrollo como Almería durante los años 70. “La movilización desde abajo es lo que impulsa la democracia”, afirmó Fernández.
Las asociaciones de vecinos no solo lucharon por mejoras básicas en su entorno; también fueron cruciales para integrar a las mujeres en la vida pública. “Ellas eran las más conocedoras del barrio”, explicó Fernández. Este proceso permitió que muchas mujeres comenzaran a participar activamente en cuestiones comunitarias y reivindicativas.