Natalia y Fateme, refugiadas de Ucrania y Afganistán, respectivamente, encuentran un nuevo hogar en Chile mientras estudian español, superando desafíos culturales y compartiendo sus historias de resiliencia.
Natalia Hamziuk y Fateme Jalaly, provenientes de Ucrania y Afganistán respectivamente, han encontrado un nuevo hogar en Santiago de Chile tras escapar de la guerra y la inseguridad. Ambas son estudiantes del Programa Español UC de la Facultad de Letras, diseñado para personas refugiadas y solicitantes de asilo. Sus historias reflejan no solo el dolor de dejar atrás su tierra natal, sino también la esperanza y el deseo de construir un futuro en un país desconocido.
Natalia Hamziuk, quien llegó a Chile en marzo de 2022, comparte que aún sigue conectada con su país a través de las noticias. Como profesora de idioma ucraniano y literatura extranjera con dos décadas de experiencia, se vio obligada a cambiar su entorno familiar por la vida en Santiago, donde reside junto a su esposo chileno. “Me gusta Chile, me gusta Santiago, me gustan los chilenos. Pero no fue fácil”, confiesa Natalia, recordando sus días llenos de lágrimas y frustraciones al enfrentarse a una lengua que había olvidado casi por completo.
Adaptación y aprendizaje en un nuevo entorno
A pesar de la distancia con su familia, Natalia se ha esforzado por mantener su vocación educativa. Se siente motivada al enseñar ruso e inglés a niños con diversas nacionalidades. Entre sus palabras favoritas en español está “desafortunadamente”, que considera un reto debido a su longitud. Su sueño es dominar el español para poder compartir la rica cultura ucraniana: “Porque, desafortunadamente para muchos chilenos, Ucrania es una parte de Rusia”, explica.
Por otro lado, Fateme Jalaly, quien dejó Afganistán en 2021 buscando un futuro más seguro, también enfrenta desafíos significativos. Con 33 años y una formación académica en Administración de Empresas por la American University of Afghanistan, Fateme ha vivido el impacto negativo que ha tenido la situación política sobre las oportunidades para las mujeres en su país. Actualmente trabaja como profesora universitaria impartiendo clases sobre liderazgo femenino y emprendimiento social.
Superando barreras lingüísticas y culturales
La adaptación al nuevo entorno no ha sido sencilla para Fateme; el idioma y los trámites burocráticos han puesto a prueba su paciencia. “Lo más difícil es entender cuando hablan muy rápido”, reconoce. Sin embargo, destaca que las clases en la Universidad Católica y la interacción con vecinos le han sido de gran ayuda para mejorar su español.
Su palabra preferida es “hogar”, un término que va más allá del concepto físico; representa pertenencia y calidez. En medio de amistades multiculturales y platos tradicionales afganos, Fateme sueña con establecer una vida estable en Chile mientras continúa aprendiendo sobre el idioma y sus habilidades profesionales.
“Me gustaría compartir la cultura afgana a través de la comida, el arte o las historias” – Fateme Jalaly.
Ceremonia de graduación del Programa Español UC
El pasado 19 de agosto, Natalia y Fateme formaron parte de una emotiva ceremonia donde recibieron sus certificados junto a otros 55 estudiantes provenientes de Afganistán, Irán, Turquía, Rusia, Ucrania y Haití. Este evento marcó el cierre exitoso del Programa Español UC, que ofrece cursos adaptados para refugiados en diferentes niveles desde A1 hasta C1.
Graduación del Programa Español UC: 55 estudiantes comparten sus historias desde distintas partes del mundo. Foto: Karina Fuenzalida.
Los cursos se llevan a cabo gracias a una colaboración entre el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Departamento de Acción Social del gobierno chileno. Durante esta ceremonia, el rector Juan Carlos de la Llera enfatizó que aprender español significa mucho más que adquirir conocimientos lingüísticos; es una puerta abierta hacia la inclusión social.
“La diversidad es una fuente inagotable de aprendizaje” – rector Juan Carlos de la Llera.
Reflexiones sobre el aprendizaje cultural
Las experiencias compartidas por Natalia y Fateme subrayan que aprender un nuevo idioma implica mucho más que gramática; se trata también de crear vínculos significativos y abrirse a nuevas oportunidades. Según Luis Herrera, coordinador del programa Español UC, cada estudiante enfrenta retos únicos relacionados con su historia personal.
"Cada estudiante lleva ritmos distintos", afirma Herrera al referirse a factores como experiencias traumáticas o diferencias educativas previas. No obstante, resalta cómo muchos logran mantener vivas sus historias culturales mientras se integran en Chile: "Esto fortalece dimensiones sociales cruciales como la apertura y la diversidad cultural", concluye.