En los últimos años, los cortes de energía provocados por fenómenos climáticos extremos o ataques a subestaciones han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la red eléctrica estadounidense. Para las bases militares del país, que dependen de esta red, estar preparadas para tales interrupciones es una cuestión de seguridad nacional. ¿Cuál es la mejor manera de probar esa preparación? ¡Cortando la energía!
El Laboratorio Lincoln está llevando a cabo ejercicios denominados *Ejercicios de Preparación para la Resiliencia Energética* (ERRE). Durante estas pruebas, una base se desconecta de la red eléctrica, lo que permite evaluar la capacidad de los sistemas de energía de respaldo y del personal militar para afrontar fallos. Cada ejercicio puede durar hasta 15 horas y simula un evento real de corte con poco aviso previo a la población de la base.
“Nadie pensaba que este tipo de prueba en el mundo real sería aceptada. Hasta ahora hemos realizado 33 instalaciones, impactando a más de 800,000 personas”, afirma Jean Sack, quien lidera el programa junto a Christopher Lashway y Annie Weathers en el grupo de Sistemas Energéticos.
La importancia de la resiliencia energética en las bases militares
Un informe del Departamento de Energía indica que el 70 por ciento de las líneas de transmisión del país están cerca del final de su vida útil. Esta infraestructura envejecida, sumada al aumento en las demandas energéticas y a las interdependencias, amenaza con provocar fallos en cadena. En respuesta, el Departamento de Defensa (DoD) ha intensificado su enfoque en la resiliencia energética, que implica anticipar, soportar y recuperarse ante cortes. Un apagón en una base podría interrumpir misiones críticas, abrir puertas a ataques físicos o cibernéticos y cortar el suministro de agua.
"Las amenazas a este sistema ya frágil están aumentando. Por eso este trabajo es tan importante", añade Sack.
Cortando la energía con seguridad
Antes de cada ejercicio, el equipo del laboratorio trabaja estrechamente con los líderes y personal encargado de la infraestructura en cada base para planificar cuidadosamente cómo desconectarse con seguridad del suministro eléctrico. A través de múltiples visitas al sitio, estudian cada edificio y misión para comprender sus capacidades energéticas, garantizar la salud y seguridad y desarrollar planes contingentes.
"Reunimos a personas que quizás nunca hayan hablado antes pero que dependen unas de otras. Nos gusta decir 'conectando a los responsables de misión con sus proveedores eléctricos'", explica Lashway, un ex-electricista convertido en investigador en sistemas energéticos. "El proceso de planificación es una gran oportunidad para aprender y solucionar problemas antes del corte."
Durante el día del ejercicio, el personal del laboratorio está presente para asegurar que todo transcurra sin contratiempos; sin embargo, se espera que sea la base quien ejecute el ejercicio. Desde su inicio en 2018, la campaña ERRE ha abarcado grandes instalaciones como Fort Bragg, una base del Ejército estadounidense en Carolina del Norte que recibe casi 150,000 personas diariamente, así como sitios tan lejanos como Inglaterra y Japón.
Desafíos identificados durante los ejercicios
Una clave fundamental es no limitar el alcance del ejercicio. Todas las instalaciones y misiones deben incluirse especialmente aquellas críticas; además, se asignan tareas al personal militar para enfrentar problemas surgidos durante los ejercicios. Para hacer estas pruebas aún más útiles como evaluación de preparación, algunas se modifican con escenarios guionizados que simulan incidentes reales.
"Podemos realizar todos los ejercicios teóricos posibles, pero cuando realmente cortas la energía surge la pregunta: ¿qué ocurre?", comentó Robert McMahon, exsecretario adjunto de defensa para sostenimiento durante una audiencia conjunta sobre estos ejercicios iniciales. "Quizás la lección más importante que he visto es la falta de apreciación y comprensión por parte nuestros líderes senior a nivel instalación sobre lo que pensábamos que iba a suceder versus lo que realmente ocurrió".
Iluminando problemas comunes entre las bases
Los ERRE han revelado problemas comunes entre diversas bases. Uno notable es la dependencia en sistemas eléctricos auxiliares frágiles o defectuosos. Por ejemplo, los equipos electrónicos pueden experimentar un apagón total si no cuentan con baterías auxiliares adecuadas durante las transiciones energéticas. En algunos casos, estos sistemas fallaron o se agotaron inesperadamente debido a su antigüedad o problemas con generadores.
"Vemos cómo una sala gigante deja de funcionar y luego teléfonos y computadoras no operan. Esto enfatiza la necesidad de redundancias", señala Lashway.
Los generadores también presentan desafíos; algunos fallan porque no reciben mantenimiento regular o combustible durante cortes prolongados. A veces, el personal asume erróneamente que un generador soportará toda su instalación completa sin necesidad reconfiguraciones posteriores.
Afrontando desafíos sociales y técnicos
Aparte resolver problemas técnicos, los ejercicios han sido valiosos para practicar coordinación y seguir cadenas jerárquicas dentro del mando militar. También han expuesto desafíos sociales relacionados con operar durante cortes eléctricos; por ejemplo: algunas directrices del DoD restringen el uso generadores en guarderías infantiles lo cual obliga a padres coordinar cuidados mientras cumplen con sus misiones.
Tras cada ejercicio realizado se compila un informe detallado donde se registran eventos significativos por edificio e identifica vínculos entre distintos problemas ocurridos durante el ejercicio generalizado.
Nuevas legislaciones impulsadas por los resultados obtenidos
La campaña ERRE ha dado lugar incluso a nuevas legislaciones: En 2021 se aprobó una ley obligando cada rama militar realizar al menos cinco ERREs anuales hasta 2027; esta legislación fue recientemente reauthorized. El equipo ha transferido este proceso ERRE a dos empresas privadas así como dentro del Ejército del Aire y Ejército terrestre para llevar a cabo ejercicios en próximos años.
"Es emocionante ver cómo esto ha captado la atención del Congreso y se ha expandido dentro del DoD", concluye Nick Judson quien lidera esfuerzos relacionados con resiliencia energética entre otros aspectos dentro del grupo Sistemas Energéticos.