Investigadores de Sorbonne Université han desarrollado un innovador cathéter a plasma frío, que promete ofrecer una nueva alternativa terapéutica para el tratamiento del cholangiocarcinoma, un tipo raro y agresivo de cáncer de las vías biliares. Este avance, resultado de la colaboración entre el físico Thierry Dufour, la bióloga del cáncer Laura Fouassier y la hépato-gastro-entérologue Marine Camus, ha sido reconocido con el 2º Premio de Innovadores 2025 de la Región Île-de-France.
Un cáncer sin opciones efectivas
El cholangiocarcinoma es un cáncer poco común que presenta una alta resistencia a la quimioterapia, lo que limita drásticamente las opciones disponibles para los pacientes. Según Dufour, solo alrededor del 20% de los afectados son candidatos a cirugía, mientras que el resto enfrenta una prognosis sombría, con tasas de supervivencia a cinco años inferiores al 5%.
Ante esta situación crítica, el equipo decidió explorar el potencial de los plasmas fríos, que son gases levemente ionizados capaces de inducir efectos antitumorales sin dañar los tejidos sanos circundantes.
La naturaleza como inspiración
Dufour explica que los plasmas fríos se encuentran en fenómenos naturales como las auroras boreales, pero también pueden ser generados artificialmente en laboratorios. A diferencia de los plasmas calientes utilizados en procesos industriales, estos plasmas fríos operan a temperatura ambiente y poseen propiedades únicas que les permiten interactuar biológicamente con las células tumorales.
"No buscamos destruir mecánicamente el tumor; nuestra meta es establecer una interacción biológica compleja", afirma Fouassier, quien ha observado en laboratorio cómo este tipo de plasma afecta tanto a las células cancerosas como al sistema inmunológico.
Cathéter innovador y seguro
Transformar un dispositivo de laboratorio en un equipo médico funcional fue uno de los principales desafíos del proyecto. Después de siete años de investigación, el equipo logró crear un cathéter endoscópico a plasma frío con un diámetro reducido que puede introducirse en un duodénoscope estándar. Este dispositivo está diseñado para operar dentro de las vías biliares sin provocar daños térmicos o eléctricos al paciente.
Dufour destaca que se establecieron estrictas medidas de seguridad eléctrica y térmica durante el desarrollo del cathéter, asegurando su ergonomía y flexibilidad para su uso clínico.
Resultados alentadores en estudios preclínicos
A través de experimentos preclínicos realizados en diversos modelos animales, se han obtenido resultados prometedores. "A diferencia de la quimioterapia, el plasma frío actúa localmente", señala Dufour. En sus pruebas, no se observó toxicidad hepática significativa, lo que sugiere que este enfoque podría dirigirse eficazmente contra tumores sin afectar negativamente al organismo.
Marine Camus, quien aporta su experiencia clínica al proyecto, enfatiza la importancia de adaptar esta tecnología para su uso en pacientes reales. Su trabajo ha sido crucial para validar la viabilidad del dispositivo mediante pruebas en modelos vivos cercanos a humanos.
Premios y futuro empresarial
El equipo ha sido galardonado con varios premios por su trabajo innovador, incluyendo el 1º premio de investigación otorgado por la Sociedad Europea de Endoscopia Digestiva (ESGE). Estos reconocimientos no solo brindan visibilidad al proyecto sino que también motivan al equipo a seguir adelante con sus investigaciones.
A medida que avanzan hacia la fase clínica, los investigadores están considerando la creación de una start-up para facilitar la financiación necesaria para desarrollar y certificar médicamente el cathéter antes de iniciar ensayos clínicos. "Esto representa una inversión significativa que no podemos cubrir únicamente con fondos académicos", aclara Dufour.
Pensando en el futuro: ensayos clínicos
Aunque son conscientes de que los ensayos clínicos podrían tardar varios años en materializarse, el equipo mantiene una visión optimista sobre las posibilidades que ofrece esta tecnología. "Si logramos reducir la masa tumoral, podríamos convertir a pacientes previamente inoperables en candidatos quirúrgicos", concluye Camus. Esto representaría no solo un avance significativo en el tratamiento del cholangiocarcinoma sino también una mejora notable en la calidad de vida para muchos pacientes.