Una investigación revela que las historias generadas por ChatGPT son casi tan buenas como las humanas, pero el público desconfía de la IA. Aunque estas narrativas son persuasivas, carecen del poder de transporte emocional que ofrecen los autores humanos, lo que limita su apreciación en el arte narrativo.
De acuerdo con una reciente investigación sobre las capacidades narrativas de la inteligencia artificial, las historias generadas por la última versión de ChatGPT se acercaron notablemente a la calidad de aquellas escritas por autores humanos.
Sin embargo, cuando se informó a las personas que una historia había sido creada por IA (independientemente de si el autor real era un algoritmo o un ser humano), su evaluación de la historia fue negativa. Esto indica que existe una desconfianza hacia el arte producido por IA, así como una falta de aprecio por este tipo de creaciones.
“A la gente no le agrada considerar que una historia ha sido redactada por una IA, independientemente de si realmente lo fue o no”, afirmó Haoran “Chris” Chu, Ph.D., quien es profesor de relaciones públicas en la Universidad de Florida y coautor del reciente estudio. “La IA puede generar textos que son consistentes, lógicos y coherentes, pero aún presenta limitaciones en comparación con los seres humanos cuando se trata de crear narrativas cautivadoras”.
La calidad de las narrativas generadas por la inteligencia artificial podría ser un recurso valioso para profesionales como los trabajadores de salud pública, quienes buscan construir historias efectivas que conecten con las personas y promuevan comportamientos saludables, como la vacunación. Así lo expresó Chu, un reconocido experto en salud pública y comunicación científica. Junto a su coautor, el Dr. Sixiao Liu, de la Universidad de Florida Central, compartieron sus descubrimientos en una publicación el 13 de septiembre en el Journal of Communication.
Se presentaron a los individuos dos versiones distintas de las mismas narrativas. Una de estas fue elaborada por un ser humano, mientras que la otra fue generada por ChatGPT. Los encuestados evaluaron su grado de interés en las historias.
Con el fin de analizar la influencia de las creencias de las personas acerca de la IA en sus calificaciones, Chu y Liu modificaron el método de etiquetado de las historias. En algunas ocasiones, las narrativas generadas por la IA se identificaban correctamente como producidas por una computadora. En otras, se informaba a los evaluadores que habían sido redactadas por un ser humano. Además, las etiquetas de las historias escritas por humanos también fueron alteradas.
Las encuestas se enfocaron en dos aspectos fundamentales de las narrativas: el contraargumento, que implica la experiencia de examinar una historia minuciosamente, y el transporte. Estos dos elementos de la historia operan en oposición entre sí.
Chu comentó: "La IA no redacta de la misma manera que un gran escritor. Para personas como los guionistas de Hollywood, eso es probablemente una buena noticia, al menos por ahora." “El transporte es una experiencia muy familiar”, comentó Chu. “Es la sensación de estar tan absorto en la narración que ya no percibes los asientos pegajosos del cine. A menudo, como las personas están tan involucradas, bajan sus defensas ante el contenido persuasivo de la narración y disminuyen sus contraargumentos.”
Aunque las historias generadas por IA fueron evaluadas por el público en general como igualmente persuasivas que las creadas por humanos, estas narrativas producidas por computadora no lograron transportar a los lectores al fascinante mundo de la narrativa.
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