Un estudio internacional, encabezado por el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con más de 52 instituciones científicas, ha revelado que las precipitaciones en la región mediterránea se han mantenido estables durante los últimos 150 años. Este trabajo, publicado en la prestigiosa revista Nature, concluye que no existe una tendencia significativa a largo plazo en las lluvias, aunque sí se observa una notable variabilidad temporal y espacial influenciada por la dinámica natural del clima.
Los investigadores han analizado datos provenientes de más de 23.000 estaciones meteorológicas distribuidas en 27 países, lo que representa más de 10 millones de registros sobre precipitación. Esta recopilación ha sido un desafío considerable para el equipo, que ha logrado presentar sus hallazgos gracias a un enfoque innovador en el intercambio de software.
Hallazgos Contradictorios y Cambio Climático
A primera vista, estos resultados podrían contradecir estudios previos que indicaban una disminución regional de las lluvias atribuida al cambio climático. Sin embargo, según Sergio Vicente, investigador principal del IPE-CSIC y coordinador de la Plataforma Temática Interdisciplinar PTI Clima del CSIC, “aunque algunas investigaciones anteriores sugirieron una tendencia a la reducción de precipitaciones debido al calentamiento global, los datos analizados no respaldan esta afirmación”. Vicente también señala que los modelos climáticos recientes coinciden con las observaciones durante el mismo periodo.
No obstante, Vicente advierte sobre el contexto actual: “La región está inmersa en un escenario de cambio climático. Los efectos de los gases de efecto invernadero se superponen a los procesos naturales de variabilidad climática”. En cuanto a los mecanismos principales que afectan la circulación atmosférica, su impacto es menos evidente y aún no se puede identificar claramente.
Efectos en la Disponibilidad Hídrica
A pesar de la estabilidad en las lluvias, los investigadores alertan sobre un creciente proceso de aridez climática en la región mediterránea. Este fenómeno es principalmente consecuencia del aumento de temperaturas, lo cual incrementa la demanda hídrica atmosférica y provoca mayores pérdidas por evaporación. Esto intensifica el estrés sobre la vegetación natural y los cultivos, especialmente durante periodos secos donde cada gota cuenta.
Las proyecciones futuras sugieren que estas condiciones áridas se agudizarán con el tiempo. Para Vicente, es fundamental destacar que este aumento en la aridez ocurre independientemente del comportamiento observado y previsto en las precipitaciones; sin embargo, podría verse acentuado por cualquier descenso pluviométrico futuro. “Esto resalta la urgente necesidad de enfrentar los complejos desafíos que plantea el cambio climático respecto a la disponibilidad de recursos hídricos en esta región”, concluye.