Recientemente, legisladores estadounidenses han presentado un proyecto de ley que busca prohibir el uso de modelos de inteligencia artificial (IA) chinos por parte de las agencias gubernamentales de EE. UU., dirigiendo su atención hacia empresas como DeepSeek.
El “No Adversarial AI Act” fue introducido en la Cámara de Representantes por dos miembros del Comité Selecto sobre el Partido Comunista Chino. Este proyecto propone establecer un marco permanente que impida el uso de todos los modelos chinos en las agencias ejecutivas estadounidenses, así como aquellos provenientes de Rusia, Irán y Corea del Norte.
Marco regulatorio para la IA hostil
El marco incluiría una lista elaborada por el Consejo Federal de Seguridad en Adquisiciones, que contendría los nombres de los modelos de IA desarrollados en los países mencionados y se actualizaría regularmente.
Las agencias gubernamentales no podrán acceder a estos modelos ni utilizar las tecnologías de IA sin una excepción, como podría ser para fines de investigación.
John Moolenaar, presidente del Comité Selecto, subrayó: “EE. UU. debe marcar una línea clara: los sistemas de IA hostiles no tienen cabida dentro de nuestro gobierno”. Continuó afirmando que “esta legislación crea un cortafuegos permanente para mantener fuera a la IA adversaria de nuestras redes más sensibles, donde el costo de una violación sería simplemente demasiado alto”.
Implicaciones geopolíticas y competitividad tecnológica
Esta iniciativa surge tras declaraciones de un alto funcionario del Departamento de Estado que afirmó a Reuters que DeepSeek está apoyando las operaciones militares e inteligencia chinas, mientras tiene acceso a grandes volúmenes de chips Nvidia.
DeepSeek generó controversia a principios de 2025 al lanzar su modelo R1, colocándose en competencia directa con ChatGPT de OpenAI. Analistas sostienen que este lanzamiento demuestra la capacidad de China para desarrollar modelos avanzados de IA a un costo inferior al de sus rivales occidentales, además de su habilidad para enfrentar los controles exportativos impuestos por EE. UU.