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Factores que provocan el 'waiting mode' en niños con TDAH y autismo
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Factores que provocan el "waiting mode" en niños con TDAH y autismo

jueves 17 de julio de 2025, 14:08h

Expertos de la UOC analizan el fenómeno del "waiting mode" en niños con TDAH y autismo, una desconexión atencional involuntaria que actúa como mecanismo de protección ante sobrecargas cognitivas. Este estado se caracteriza por la pasividad y la falta de participación, no siendo un signo de desinterés. Factores como déficits en funciones ejecutivas y alta sensibilidad al fracaso pueden desencadenarlo. Se proponen estrategias educativas inclusivas para ayudar a los menores a reconectarse y superar este bloqueo.

  • Con motivo del Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), que se conmemora cada 13 de julio, especialistas de la UOC han analizado el fenómeno conocido como waiting mode. Este término hace referencia a una desconexión atencional involuntaria, similar a un «modo pausa» o stand-by, al que los niños acceden sin intención consciente. Así lo explica Sylvie Pérez, psicopedagoga y docente en los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

    Este fenómeno no es exclusivo de los niños con TDAH, aunque sí afecta especialmente a aquellos que presentan TDA, TEA (trastorno del espectro autista), dislexia y diversas dificultades de aprendizaje. Estos grupos son considerados los más vulnerables ante esta situación.

    El waiting mode no figura como un término clínico oficial; más bien, se utiliza para facilitar la comprensión de este mecanismo, que actúa como una forma de protección frente a la sobrecarga de estímulos y frustraciones prolongadas. Cuando los recursos cognitivos se agotan, el niño entra en este estado.

    Causas del fenómeno del waiting mode

    Pérez identifica varios mecanismos que pueden desencadenar el waiting mode: una sobrecarga cognitiva que excede la capacidad del niño para manejarla, una sensación de indefensión aprendida donde anticipan el fracaso, respuestas emocionales desbordadas que inhiben funciones ejecutivas y una falta de motivación cuando no perciben posibilidades de éxito. En este estado, se produce un agotamiento cognitivo que lleva al niño a desconectarse hasta poder volver a conectar con su entorno.

    "En el waiting mode, el sistema se sobrecarga y deja de recibir información hasta que se restablece", señala la experta.

    A medida que se profundiza en este fenómeno, es crucial entender cómo identificar cuándo un menor ha entrado en este estado.

    Identificación del waiting mode

    Pérez describe que "el niño está presente físicamente, pero mentalmente está ausente". Este comportamiento puede observarse en diferentes contextos educativos y no siempre es disruptivo; muchos niños permanecen callados y pasivos sin solicitar ayuda. Un ejemplo típico es el alumno con TDAH que, a pesar de participar activamente, pierde el hilo y necesita guía explícita para avanzar.

    En casos donde hay dislexia u otras dificultades de aprendizaje, estos menores pueden desconectarse durante actividades como la lectura, buscando maneras de autoprotección mientras esperan ayuda o simplemente dejando pasar el tiempo.

    Para los niños con autismo: suelen requerir señales claras para iniciar tareas; si estas no llegan, permanecen en modo espera constantemente.

    Mitos sobre el waiting mode

    Pérez enfatiza que este fenómeno no debe interpretarse como pereza ni falta de interés por parte del niño. No es una resistencia voluntaria; es una respuesta protectora ante situaciones donde las condiciones no permiten un aprendizaje efectivo. Los menores entran en un estado suspendido hasta recibir apoyo o comprender cómo avanzar.

    No culpabilizar a los alumnos es fundamental, ya que las causas detrás del waiting mode son atencionales, emocionales o motivacionales. Comprender esta dinámica puede transformar las prácticas educativas para ayudar mejor a los estudiantes a salir de este bloqueo.

    Causas desencadenantes del fenómeno

    Pérez resume cuatro factores clave que pueden provocar esta desconexión:

    • Dificultades en funciones ejecutivas, comunes en niños con trastornos del neurodesarrollo.
    • Disfunciones en sistemas de recompensa, tras repetidos fracasos que disminuyen la tolerancia a recompensas difíciles.
    • Dificultades organizativas, relacionadas con atención y funciones ejecutivas.
    • Sensibilidad elevada al fracaso y comparación social, lo cual lleva a estrategias evasivas.

    Afrontar estos mecanismos es esencial para romper el bloqueo sin estigmatizar. La intervención debe ser sensible y adaptada al contexto individual del menor.

    Aumento del fenómeno durante el verano

    Durante la temporada estival, factores como la falta de estructura y la sobreestimulación pueden intensificar el riesgo del waiting mode. Niños con TDAH o autismo pueden sentirse abrumados por cambios rutinarios y nuevas instrucciones en entornos como campamentos o vacaciones familiares.

    A menudo se aíslan sin causar molestias; permanecen pasivos o cerca de figuras conocidas mientras esperan una señal clara para implicarse nuevamente. Este comportamiento no debe confundirse con apatía; es simplemente un mecanismo defensivo ante situaciones inciertas.

    Estrategias para superar el bloqueo del waiting mode

    Pérez destaca que no siempre es necesaria una intervención activa: si un niño logra reconectarse solo tras breves momentos en modo espera, esto debe respetarse. Sin embargo, si persiste el bloqueo, hay señales claras que indican necesidad de apoyo: falta de iniciación en tareas o dispersión constante son algunas indicaciones.

    Darle instrucciones claras y secuenciales puede ser clave; dividir tareas complejas en pasos simples ayuda a romper la inercia. Ofrecer opciones también puede motivar al menor: "¿por dónde quieres empezar?" o "hagámoslo juntos". Además, introducir pausas intencionadas puede facilitar su reconexión emocional y cognitiva.

    Ajustar las actividades según sus intereses resulta fundamental para fomentar su participación activa. Es vital combinar estructura educativa con atención emocional adecuada: anticipar necesidades y valorar al niño más allá de su rendimiento académico contribuye a crear un ambiente inclusivo donde todos puedan prosperar.

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