La lucha contra la violencia de género: un esfuerzo coordinado es esencial
El pediatra social Antonio Gancedo Baranda ha compartido su inquietante experiencia sobre los diversos tipos de violencia ejercida contra los niños, una situación que se utiliza como herramienta para hacer sufrir a las madres. Durante el curso de verano de la UCM “Violencia vicaria: situación actual y retos”, Gancedo enfatizó que la coordinación entre todos los actores implicados en la lucha contra la violencia de género es fundamental. Esta red debe incluir desde trabajadores sociales hasta médicos, psicólogos y cuerpos de seguridad.
“La violencia se perpetúa por el silencio”, afirmó Gancedo, quien subrayó que el maltratador busca precisamente que las víctimas permanezcan calladas. Este tipo de maltrato puede manifestarse de diversas formas: psicológica, negligente, física y sexual.
Las múltiples facetas del maltrato infantil
Gancedo explicó que la forma más común de maltrato es la negligencia, que implica no satisfacer las necesidades básicas de un menor, ya sean alimentarias o afectivas. Además, el maltrato psicológico puede abarcar desde insultos y amenazas hasta actos violentos hacia animales que conviven con los menores.
El maltrato físico, por su parte, no solo causa daño directo, sino que también puede llevar a situaciones perjudiciales para el desarrollo emocional del niño. Según Gancedo, este tipo de abuso “adultiza a los niños y les roba su infancia”. A menudo, niños tan pequeños como tres o cuatro años expresan aversión hacia sus padres no por manipulación, sino porque han sido profundamente dañados.
Consecuencias a largo plazo del maltrato infantil
A medida que se acumulan estas experiencias traumáticas, aumenta el riesgo de que surja violencia sexual. Esta realidad afecta a uno de cada tres niñas y uno de cada trece niños. Las manifestaciones pueden ir desde exponer a los menores a pornografía hasta realizar actos sexuales en su presencia.
Citando estudios previos del doctor Felitti, Gancedo destacó que aquellos niños que sufren traumas durante la infancia tienen una alta probabilidad de enfrentar problemas graves en la adultez. Estos traumas están relacionados con condiciones como obesidad, tabaquismo y trastornos mentales, además de afectar negativamente al sistema inmunológico y al desarrollo neurológico.
Dada esta alarmante situación, también se estima que el costo económico asociado al tratamiento de estos niños asciende a 17.000 millones de euros en España durante 2023, lo cual representa un 1,2% del PIB.
A pesar del escaso número de pediatras sociales en España, Gancedo aboga por su papel crucial en la prevención y combate contra la violencia de género.
"Todas las víctimas son hijos e hijas de mujeres que sufren violencia de género y pueden experimentar problemas significativos de salud durante toda su vida", concluyó Gancedo Baranda.