Investigadores de la Universidad CEU Cardenal Herrera, la Universidad Europea de Valencia y hospitales valencianos han demostrado que la vacunación contra la COVID-19 es eficaz para proteger a las embarazadas de complicaciones graves. Este hallazgo se detalla en un estudio publicado en la revista científica BMC Pregnancy and Childbirth, que revela cómo la inmunización reduce significativamente los síntomas severos y las complicaciones obstétricas en mujeres embarazadas infectadas por el SARS-CoV-2.
El análisis se llevó a cabo sobre 156 mujeres embarazadas diagnosticadas con COVID-19, atendidas entre marzo de 2020 y marzo de 2022 en el Hospital Universitario San Juan de Alicante y el Hospital Marina Baixa. Se compararon los resultados clínicos entre 45 mujeres vacunadas con al menos una dosis y 111 no vacunadas.
Resultados del estudio: síntomas más leves en mujeres vacunadas
Los resultados fueron contundentes: las mujeres vacunadas presentaron síntomas más leves, como cefaleas, vómitos y malestar general, en comparación con aquellas que no recibieron la vacuna. Un dato significativo es que ninguna mujer vacunada desarrolló neumonía, mientras que varias no vacunadas sí enfrentaron esta complicación, requiriendo incluso soporte ventilatorio e ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
A pesar de que no se encontraron diferencias significativas en los resultados neonatales generales, los recién nacidos de madres vacunadas mostraron puntuaciones Apgar superiores a 7 con mayor frecuencia, lo cual indica una mejor adaptación inmediata tras el nacimiento.
Vacunación como medida preventiva eficaz
Entre las conclusiones del estudio, se destaca que la vacunación contra la COVID-19 durante el embarazo es una estrategia eficaz para prevenir complicaciones graves, incluyendo neumonía e infecciones respiratorias severas que pueden poner en riesgo tanto a la madre como al bebé. Además, los investigadores sugieren que esta inmunización podría ofrecer beneficios indirectos al recién nacido.
Para llevar a cabo esta investigación, el equipo accedió a historiales clínicos electrónicos y bases de datos oficiales del Registro Nominal de Vacunación (RNV) y la Aplicación de Vigilancia Epidemiológica (AVE), gestionadas por la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública de la Comunidad Valenciana. Esta información fue crucial para establecer el estado vacunal previo a la infección y evaluar los síntomas presentados durante la misma.
Análisis riguroso y participación multidisciplinaria
Se analizaron variables obstétricas como parto prematuro, rotura prematura de membranas y cesárea urgente, así como complicaciones neonatales. La metodología incluyó un análisis estadístico utilizando la prueba Chi-cuadrado de Pearson para comparar proporciones entre grupos y determinar relaciones significativas entre la vacunación y los resultados clínicos.
El estudio contó con la colaboración de investigadores destacados del Hospital de Manises, Hospital Universitario La Paz, Hospital Universitario 12 de Octubre, Hospital Universitario del Vinalopó, además de las universidades mencionadas. Entre ellos figuran Noelia Rodríguez, Estela Giménez Herrero y Jesús Sánchez Más.
Evidencia científica ante la incertidumbre
Esta investigación cobra especial relevancia al proporcionar evidencia científica en un contexto donde existía incertidumbre sobre la seguridad de las vacunas en mujeres embarazadas. Según Noelia Rodríguez, este trabajo ofrece «claridad sobre los beneficios reales de la vacunación tanto para la madre como para el recién nacido».
El profesor Jesús Sánchez Más resalta que estos resultados son fundamentales para que profesionales sanitarios y mujeres embarazadas tomen decisiones informadas respecto a la vacunación frente a COVID-19 durante el embarazo. En su discusión, los autores enfatizan que todos los casos de neumonía observados ocurrieron en mujeres no vacunadas, lo que refuerza aún más el valor protector de esta intervención sanitaria.
Los investigadores también subrayan la necesidad continua de promover estrategias de vacunación entre embarazadas ante futuros riesgos epidémicos similares. Consideran que sus hallazgos pueden ayudar a reducir reticencias hacia la vacunación en este grupo poblacional y respaldar decisiones clínicas basadas en evidencia sólida.