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Número 480
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Harvey Castro retrata las marcas de la desigualdad social y la exclusión que atraviesan cuerpos e historias en América Latina.
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La fotografía es un acto de interpretación, no solo de representación, afirmó durante su intervención en la Galería Metropolitana de la UAM.
La visión de Harvey Castro sobre la fotografía como herramienta social
“La fotografía, para mí, es tanto disrupción como conexión”, expresó Harvey Castro, fotógrafo documental y artista multidisciplinario, en el Café de la Metropolitana, celebrado en la Galería Metropolitana de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Originario de Nicaragua, Castro compartió su interés por temas relacionados con la identidad, la diversidad y la justicia territorial. Su experiencia como inmigrante influye profundamente en su trabajo fotográfico, donde busca interactuar genuinamente con las personas que captura. Su compromiso ético y social se traduce en retratos sinceros y escenarios íntimos obtenidos tanto en espacios públicos como privados.
“Soy un fotógrafo documental que explora las intersecciones de la comunidad, el cambio climático, la migración y la identidad. Mi viaje comenzó al huir del paisaje devastado por la guerra en Nicaragua cuando era niño. Trabajé 20 años en operaciones y gestión de software; al principio, la fotografía fue un pasatiempo para escapar de lo cotidiano. Mis experiencias de desplazamiento y resiliencia han moldeado mi perspectiva artística”, contextualizó.
El poder transformador de la fotografía
La fotografía se presenta como un instrumento poderoso que actúa como disruptor social y elemento de conexión entre culturas. “Ha revolucionado nuestra forma de percibir y documentar la realidad”, subrayó Castro, resaltando cómo ha alterado industrias enteras y creado nuevos estilos comunicativos. Este medio permite a las personas compartir experiencias, conectar con relatos ajenos y construir una memoria colectiva.
Su proyecto titulado “Los Olvidados”, realizado en Guatemala, examina las comunidades marginadas que han sido abandonadas tras desastres naturales. En este contexto, mencionó el trágico evento del 5 de noviembre de 2020, cuando el pueblo de Quejá fue arrasado por un deslizamiento de tierra provocado por el huracán Eta, resultando en 58 muertes y dejando a los sobrevivientes sin pertenencias.
Esta tragedia evidenció la vulnerabilidad ante fenómenos climáticos extremos y destacó la necesidad urgente de mejorar los mecanismos de gestión del riesgo. La falta de respuesta adecuada por parte de las autoridades generó un profundo sentimiento de abandono entre los afectados.
Documentación visual: más allá del archivo
Castro enfatizó que durante esta tragedia, la fotografía desempeñó un papel crucial al documentar el desastre y dar visibilidad a su magnitud. Las imágenes capturaron no solo la devastación física sino también el impacto emocional sobre las vidas perdidas y las situaciones críticas que enfrentaban los sobrevivientes. Esto generó conciencia pública y movilización para brindar ayuda.
Desde una perspectiva social estricta, documentar es vital porque captura momentos y emociones que crean recuerdos duraderos. Más allá del simple registro visual, narra relatos que conectan a las personas con sus emociones y revelan aspectos ocultos de la realidad. Además, puede servir como una herramienta para promover cambios sociales al sensibilizar sobre problemáticas relevantes.
A través del lente fotográfico, Castro considera esencial cultivar empatía para comprender plenamente las circunstancias que rodean a sus sujetos. Mirar con atención hacia los márgenes urbanos implica reconocer experiencias e historias frecuentemente invisibilizadas en el desarrollo urbano.
Cerrando brechas mediante imágenes significativas
A lo largo de su discurso, Castro argumentó que las imágenes tienen el potencial no solo para desafiar percepciones sino también para provocar cambios en actitudes sociales al revelar aspectos del “otro”. Esto puede manifestarse a través del dolor o alegría representados en sus obras.
Sin duda alguna, la fotografía impacta profundamente al servir como medio para mostrar realidades complejas y generar modificaciones en el entendimiento público sobre diversas problemáticas sociales y ambientales. A través del arte visual se documenta historia e influencia sobre opiniones públicas mientras se facilita una comunicación universal entre diferentes culturas.
La charla ofrecida por Castro invitó a reflexionar sobre comunidades marginadas en América Latina y subrayó el papel fundamental que juegan las imágenes al revelar realidades sociales ocultas. Con sus retratos evocadores, anima al público a considerar cómo el cambio climático afecta a estas sociedades e invita a colaborar para construir un mundo más justo e inclusivo.