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RFK Jr. socava la confianza en las vacunas en EE.UU
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RFK Jr. socava la confianza en las vacunas en EE.UU

martes 12 de agosto de 2025, 15:00h

Robert F. Kennedy Jr., como secretario de salud en EE.UU., está debilitando la confianza pública en las vacunas al socavar su infraestructura y promover desinformación, lo que podría tener graves consecuencias globales.

Las vacunas son uno de los mayores logros en salud pública de la historia. En los últimos 50 años, se estima que han salvado alrededor de 154 millones de vidas. Sin embargo, en Estados Unidos, tanto el acceso a las vacunas como la confianza del público en ellas están siendo socavados sistemáticamente, no por teóricos de conspiraciones en línea, sino desde los niveles más altos del gobierno.

En enero de 2025, Robert F. Kennedy Jr., conocido por su asociación con la desinformación sobre vacunas, fue confirmado como secretario de salud de EE.UU. A pesar de ser presionado durante sus audiencias de confirmación en el Senado, Kennedy insistió en que no era antivacunas y prometió mantener estándares científicos. Siete meses después, sus acciones cuentan una historia diferente.

Kennedy ha lanzado un asalto generalizado a la infraestructura de vacunas en EE.UU.: ha debilitado comités de supervisión, sembrado dudas sobre la ciencia establecida, politizado la seguridad de los ingredientes y limitado el acceso a las vacunas mientras detiene la financiación para investigaciones. Su estrategia no implica prohibiciones directas; sin embargo, el efecto acumulativo podría resultar igual de perjudicial.

Cambios drásticos en las políticas de vacunación

En EE.UU., el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) desempeña un papel central en la política de vacunación al ofrecer recomendaciones basadas en evidencia sobre los calendarios. Hasta hace poco, sus miembros eran expertos respetados en inmunología, epidemiología y enfermedades infecciosas, todos verificados y responsables ante el público.

En mayo de 2025, Kennedy anuló la recomendación del ACIP sobre la vacunación contra COVID-19 para mujeres embarazadas y niños pequeños. El mes siguiente, disolvió el comité asesor del CDC compuesto por 17 miembros, alegando conflictos de interés. En su lugar, nombró un panel más pequeño que incluía personas con opiniones antivacunas bien documentadas.

Esta decisión rompió décadas de precedentes. Por primera vez, los miembros del ACIP fueron seleccionados directamente por el secretario de salud sin un proceso estándar de verificación o capacitación que garantizara su independencia.

Afectando la confianza pública y el acceso a las vacunas

En julio, los miembros destituidos del ACIP publicaron un comentario en el New England Journal of Medicine advirtiendo que el proceso de recomendación enfrentaba una “disrupción sísmica”. En agosto, Kennedy prohibió que sociedades científicas respetadas asesoraran al ACIP, alegando que estaban demasiado sesgadas. Esto eliminó otro control sobre la independencia del panel.

Mientras tanto, Kennedy ha reabierto debates que habían estado cerrados durante mucho tiempo. Ha solicitado una “reevaluación” del calendario vacunal infantil, así como ingredientes estándar de vacunas, e incluso ha mencionado la desacreditada afirmación de que la vacuna MMR está relacionada con el autismo.

A pesar de que esta última afirmación ha sido refutada por múltiples estudios revisados por pares, incluyendo una metaanálisis con más de 1.2 millones de niños, Kennedy sigue adelante con su agenda cuestionadora.

Desestabilizando la investigación y desarrollo vacunal

Kennedy también ha criticado el uso del hidróxido de aluminio en muchas vacunas para potenciar la respuesta inmune. Su artículo revisado contradice un amplio cuerpo de evidencia revisada por pares que apoya su seguridad.

Los efectos colaterales derivados de estos cambios van más allá del control y afectan directamente el acceso a las vacunas. En julio, se anunció una revisión a las recomendaciones para vacunas infantiles, lo cual podría hacerlas inasequibles para familias con bajos ingresos.

Kennedy también ha puesto su mirada en el Programa Nacional de Compensación por Vacunas, que proporciona indemnizaciones por efectos adversos raros mientras protege a los proveedores vacúnales contra litigios. Está considerando ampliar la elegibilidad para incluir autismo a pesar del consenso científico contrario a cualquier vínculo.

Peligro global: debilitando la confianza internacional en las vacunas

Quizás lo más preocupante es cómo se está comunicando este mensaje. Kennedy ha cuestionado repetidamente la necesidad de las vacunas infantiles y ha difundido desinformación sobre sus riesgos mientras minimiza amenazas como el sarampión.

Además, ha atacado a revistas médicas reconocidas como corruptas y amenazado con prohibir a científicos gubernamentales publicar en importantes publicaciones académicas como The Lancet o The New England Journal of Medicine — dos revistas revisadas por pares entre las más prestigiosas del mundo.

A medida que avanza su mandato como secretario de salud, Kennedy está moldeando no solo las políticas vacunales estadounidenses sino también erosionando la confianza pública hacia ellas. Este enfoque es especialmente peligroso cuando ya se observa una baja aceptación vacunal y una tendencia decreciente.

La historia nos recuerda que antes del advenimiento de las vacunas modernas, muchas infecciones mortales eran comunes y devastadoras. En un contexto donde las realidades letales como el sarampión han desaparecido gradualmente del recuerdo colectivo, resulta inquietante considerar un posible retroceso hacia una era pre-vacunal.

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