La lectura se erige como la puerta de entrada al conocimiento y a la plena participación en la sociedad. Durante los primeros años escolares, el dominio de esta habilidad no solo garantiza el aprendizaje en diversas áreas, sino que también potencia el pensamiento crítico y la autonomía intelectual. Sin embargo, en Colombia, no todos los niños y niñas cuentan con las mismas oportunidades desde el inicio de su vida escolar.
Factores como la disponibilidad de libros y materiales escritos en el hogar, el hábito de leer en voz alta entre padres e hijos, así como actividades conjuntas de escritura, influyen significativamente en las primeras habilidades lectoras y su desempeño futuro. La exposición a adultos que leen frecuentemente, las visitas a bibliotecas y la participación en actividades comunitarias de lectura son elementos que marcan una diferencia crucial.
Desigualdades en el desarrollo lector
Un estudio realizado con 100 estudiantes de primero a tercero de primaria en dos colegios públicos de Suba, liderado por la fonoaudióloga Diana Milena Ramírez Toro, magíster en Psicología con énfasis en Evaluación y Mejora de Procesos Educativos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), revela preocupantes cifras sobre estas desigualdades. Según el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (Icfes), para 2024, la brecha en el desempeño lector alcanzó los 57 puntos entre colegios urbanos privados y públicos, y 86 puntos entre colegios rurales privados y públicos. Esto pone de manifiesto las habilidades que son fundamentales para que un niño comprenda lo que lee.
El objetivo del estudio fue analizar cómo se relacionan los menores con la *fluidez lectora*, definida como la capacidad de leer con precisión, rapidez y entonación adecuada. También se consideraron aspectos como la *comprensión* —la habilidad para entender un texto—, la *memoria operativa verbal* —que permite retener y procesar información leída— y la *velocidad de denominación*, que mide cuán rápido un niño puede identificar letras, números o figuras.
Hallazgos significativos sobre fluidez lectora
Los resultados del estudio indican que, aunque la precisión al leer es importante, no es el principal obstáculo para comprender lo leído. “En español, debido a que la correspondencia entre letras y sonidos es más directa que en idiomas como el inglés, los niños logran leer correctamente convirtiendo adecuadamente las letras en sonidos”, explica Ramírez.
No obstante, variables como la velocidad lectora y la automatización —la capacidad de leer sin esfuerzo consciente— demostraron tener un impacto mayor en la comprensión lectora. La prosodia, entendida como la entonación y expresividad al leer respetando signos de puntuación, también juega un papel crucial. “Leer lentamente puede saturar la memoria y dificultar la comprensión”, añade Ramírez.
Además, se encontró una estrecha relación entre *memoria operativa verbal* y *fluidez lectora*, ya que ambas dependen del procesamiento y retención de información mientras se lee. Cuando un niño lee con fluidez —rápido, rítmico y automáticamente— libera recursos mentales para enfocarse en entender el contenido; por el contrario, una lectura lenta consume gran parte de su memoria operativa recordando palabras recién leídas.
Estrategias para mejorar el aprendizaje lector
Otro hallazgo relevante fue que la *velocidad de denominación* se estableció como un indicador temprano de posibles dificultades para automatizar la lectura. Este aspecto puede evaluarse incluso antes del inicio formal del aprendizaje lector. El estudio también destaca que las mayores mejoras en memoria operativa verbal y automatización lectora ocurren entre primero y segundo grado, periodo crítico donde los niños aprenden a leer con mayor soltura.
A partir de estos hallazgos, se plantea una serie de acciones necesarias para mejorar el aprendizaje lector desde los primeros años: evaluar la fluidez lectora desde primer grado para detectar rezagos; incluir ejercicios que fortalezcan velocidad y prosodia combinados con estrategias comprensivas; medir velocidad de denominación en preescolar; y diseñar intervenciones diferenciadas según el contexto educativo.
En un país donde las brechas lectoras son evidentes según Icfes, potenciar velocidad y fluidez desde primaria emerge como una estrategia clave para asegurar igualdad educativa. “Si logramos que todos los niños lean con fluidez desde temprano les proporcionamos una base sólida para aprender cualquier otra cosa. Es una inversión que impacta su desarrollo académico y sus oportunidades futuras”, concluye Ramírez.
La noticia en cifras
Descripción |
Cifra |
Brecha en desempeño lector entre colegios urbanos privados y públicos (2024) |
57 puntos |
Brecha en desempeño lector entre colegios rurales privados y públicos (2024) |
86 puntos |