El Gobierno de Castilla-La Mancha ha reafirmado su compromiso con el tejido empresarial, poniendo especial énfasis en las empresas familiares de la región, a las que reconoce como “generadores de riqueza y empleo”. Esta declaración se realizó durante la clausura del XII Foro de Economía de Castilla-La Mancha, organizado por la Asociación de la Empresa Familiar de Castilla-La Mancha (AEFCLM). El consejero de Hacienda, Administraciones Públicas y Transformación Digital, Juan Alfonso Ruiz Molina, destacó la importancia de estas empresas en el fortalecimiento del tejido productivo regional.
Ruiz Molina subrayó que más de 13.000 empresas familiares operan en Castilla-La Mancha, lo que representa un notable porcentaje del total empresarial y del empleo en la comunidad autónoma. En sus declaraciones, enfatizó la labor realizada por las asociaciones durante las últimas dos décadas, contribuyendo a la cohesión territorial y al desarrollo económico.
La economía regional muestra signos positivos
En cuanto a la situación económica actual, el consejero presentó varios indicadores que evidencian la solidez y estabilidad financiera de Castilla-La Mancha. Entre ellos, mencionó que las agencias Moody’s y Fitch han mejorado recientemente la calificación crediticia de la región, reflejando así la fortaleza de sus cuentas públicas. Además, el Banco de España señala que Castilla-La Mancha es una de las comunidades que más ha reducido su deuda en relación al PIB desde 2015.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) también son alentadores: el PIB regional creció un 3,7% en 2024, superando la media nacional. Asimismo, se ha registrado una tasa de desempleo histórica baja desde 2008, con más de 800.000 afiliaciones a la Seguridad Social.
Compromiso con una gestión presupuestaria responsable
El contexto favorable permite al Gobierno regional cumplir con sus compromisos hacia los ciudadanos mediante los presupuestos autonómicos. Estos han comenzado a tramitarse con un incremento significativo del techo de gasto para 2026. Ruiz Molina destacó que se trata de un presupuesto equilibrado y sin déficit, sustentado en proyecciones macroeconómicas realistas avaladas por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
Este enfoque ha consolidado a Castilla-La Mancha como un modelo en rigurosidad presupuestaria. La gestión eficiente del gasto y una estimación prudente de ingresos han permitido alcanzar superávit en varios ejercicios recientes y cumplir con los objetivos fiscales establecidos para las comunidades autónomas.
Estrategias para reducir el endeudamiento público
En materia de deuda pública, el consejero recordó que se está llevando a cabo una política activa de refinanciación aprovechando los bajos tipos de interés. Esto ha generado un ahorro considerable en intereses que se reinvierte en servicios públicos esenciales. Además, enfatizó que la condonación parcial de deuda es una prioridad para el Gobierno regional.
A pesar del contexto financiero complejo, Ruiz Molina aseguró que estos ahorros se destinarán a gastos prioritarios para mejorar el bienestar social y apoyar a las empresas locales en su capacidad para generar empleo y riqueza.
Digitalización y apoyo fiscal para fomentar el crecimiento empresarial
Por otro lado, el Ejecutivo autonómico está comprometido con la digitalización como medio para reducir cargas burocráticas. Se están implementando herramientas tecnológicas para facilitar procesos administrativos e incentivar un entorno más favorable para los empresarios.
En cuanto a política fiscal, Ruiz Molina reafirmó el compromiso del gobierno con mantener congelada la presión fiscal en Castilla-La Mancha desde 2015. Este enfoque busca equilibrar las necesidades sociales con el impulso al crecimiento económico mediante políticas fiscales estables y justas.
A través del diálogo social y colaboración constante con el empresariado local, el Gobierno regional busca fortalecer el tejido empresarial como motor fundamental para el desarrollo económico sostenible en Castilla-La Mancha.