Los compradores de supermercados en el Reino Unido han experimentado la frustración de ver estantes vacíos durante situaciones de crisis. Desde el pánico por la compra masiva durante la pandemia de COVID-19 hasta las interrupciones provocadas por inundaciones o huelgas en los centros de distribución, la fragilidad de las cadenas de suministro ha sido evidente para muchos.
Ante esta problemática, un equipo de investigadores ha desarrollado un nuevo modelo que promete ayudar a los minoristas a mantener el flujo de productos en tiempos difíciles, al mismo tiempo que reduce costos y minimiza su huella de carbono.
Un enfoque innovador para la logística
El estudio, liderado por el Dr. Arijit De de la Alliance Manchester Business School, se centra en cómo las redes de distribución pueden adaptarse cuando una parte del sistema se ve afectada. Las cadenas de suministro minoristas dependen de una combinación de centros de distribución altamente confiables pero costosos, junto con otros más económicos y vulnerables a interrupciones. Cuando uno de estos puntos débiles falla, el impacto puede extenderse por toda la red, generando escasez, costos adicionales en transporte y un aumento en las emisiones de carbono.
Para abordar este desafío, el equipo creó un modelo analítico en dos etapas. En primer lugar, aplicaron la teoría de juegos para determinar cuándo es probable que los almacenes colaboren y compartan existencias entre sí durante una crisis. Posteriormente, desarrollaron un modelo de optimización que establece cómo mover mercancías de manera más eficiente a través de la red, lo que no solo ahorra dinero sino que también reduce el consumo de combustible y las emisiones.
Estrategias efectivas para compartir recursos
El modelo fue probado utilizando datos reales proporcionados por un minorista británico. Los resultados revelaron que estrategias más inteligentes para compartir bienes —donde los almacenes confiables temporalmente cubren a aquellos interrumpidos— pueden reducir significativamente los costos mientras satisfacen la demanda del cliente. Al incluir factores ambientales como el consumo de combustible y las emisiones, los ahorros son aún más considerables.
"Eventos como COVID-19, inundaciones o huelgas demuestran cuán vulnerables son las cadenas de suministro ante interrupciones", afirmó el Dr. De. "Nuestro modelo ofrece a las empresas una forma práctica de planificar con anticipación, asegurando la continuidad del negocio durante crisis mientras se reduce su impacto ambiental. Se trata de diseñar cadenas de suministro que sean tanto resilientes como sostenibles."
Ahorros significativos y beneficios ambientales
La investigación también concluyó que estrategias optimizadas y más ecológicas podrían reducir los costos del combustible hasta en un 30% en escenarios disruptivos comparado con enfoques tradicionales. Esto implica menores emisiones, reducción en costos para los minoristas y, en última instancia, menos escasez para los consumidores.
El estudio resalta lecciones prácticas para supermercados británicos y otros minoristas que enfrentan tiempos inciertos. Con el cambio climático pronosticado para aumentar eventos climáticos extremos y unas cadenas globales todavía bajo presión, construir redes capaces de adaptarse será crucial.
El artículo titulado Proactive Logistics-Redistribution Strategic Planning in Response to Facility Disruptions under Contingencies, fue coautorado junto a colegas del Indian Institute of Management, National Taiwan University y The University of Liverpool, y ha sido publicado en el European Journal of Operational Research.