La Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación (ETSIT) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) conmemoró el 22 de octubre un acontecimiento significativo en la historia de los videojuegos en España: el nacimiento del primer videojuego nacional, desarrollado en su actual Departamento de Ingeniería Electrónica en 1977. Este innovador proyecto fue llevado a cabo por dos becarios, Rafael Martínez Jiménez y Juan Santos Suárez, bajo la supervisión del catedrático Elías Muñoz.
Los jóvenes creadores decidieron dar vida a un videojuego llamado Ping-Pong, diseñado para el microprocesador Intel 8080. Este esfuerzo no solo buscaba aprender sobre las capacidades del dispositivo, sino que también se convirtió en una forma divertida de experimentar con la tecnología. Para ello, utilizaron un osciloscopio como pantalla y potenciómetros para controlar las raquetas del juego.
Un descubrimiento histórico en el ámbito del software
El hallazgo sobre este videojuego pionero fue revelado en 2024 por Manuel Llaca, analista de ingeniería de software y entusiasta de la historia informática, quien lo documenta en su libro titulado Ping-Pong de 1977: así nació el videojuego en España. Durante el acto conmemorativo, Llaca compartió los detalles de su investigación, señalando que esta creación había caído en el olvido debido a que "no fue un fin, sino un medio", refiriéndose al objetivo experimental que motivó a sus creadores. Además, sugirió que la relevancia histórica de Ping-Pong podría ser aún mayor, ya que no descarta que sea “el primero realizado en microprocesador a nivel mundial”, tras no encontrar antecedentes similares en otros países.
El redescubrimiento del videojuego se facilitó gracias a su presentación durante el primer seminario sobre microprocesadores celebrado en España, también organizado por Elías Muñoz en la ETSIT-UPM. La documentación completa del desarrollo de Ping-Pong fue incluida posteriormente en uno de los libros publicados por el Servicio de Publicaciones del centro educativo. En este contexto, el catedrático José Manuel Pardo relató las dificultades burocráticas enfrentadas por los protagonistas para obtener el equipo necesario para crear este innovador videojuego.
Público interactivo y legado perdurable
Culminando el evento, los asistentes tuvieron la oportunidad de probar una réplica del juego Ping-Pong. Esta versión fue elaborada para el reciente documental titulado Píxel a píxel, que explora la evolución de los videojuegos españoles desde sus inicios hasta hoy. Su director, Ángel Tirado, enfatizó la importancia de incluir una referencia a esta creación pionera surgida en la ETSIT-UPM, destacando la necesidad de contar con una reproducción adecuada para ilustrar su historia.
Javier Valero, quien realizó la réplica y es coautor del primer videojuego español comercializado, El paracaidista, expresó su admiración por los creadores originales: “¡Desde luego eran unos becarios de chapó!”. Esta réplica permanecerá expuesta durante seis meses en el Museo de Telecomunicación Profesor Joaquín Serna, asegurando así que esta parte fundamental del patrimonio cultural tecnológico español no sea olvidada.