Investigadores del MIT han cuantificado cómo se distribuye la energía en un terremoto, revelando que el 80% se convierte en calor, mientras que solo el 10% genera temblores. Estos hallazgos podrían mejorar la predicción de sismos.
Un estudio de la Universidad de Lisboa revela que la delaminación de placas tectónicas en el Atlántico podría explicar los grandes sismos en Lisboa, mejorando la comprensión del riesgo sísmico en Portugal.
Un estudio de la Universidad del Norte, dirigido por Daniel Gómez, automatiza la identificación de edificaciones para evaluar riesgos sísmicos, destacando en Earthquake Spectra como Editor’s Choice.