El Teatro Fernando de Rojas, ubicado en el Círculo de Bellas Artes, fue el escenario elegido para la representación de El mundo de mañana, una obra que destaca por su contenido profundo y reflexivo. Esta creación es obra del catedrático de Ingeniería Industrial de la UNED, José Daniel Marcos del Cano, quien también asumió la dirección del proyecto. La función sirvió como cierre emocional al curso de verano titulado Pensar el ‘ahora’ desde el teatro, la filosofía y los derechos humanos.
La Compañía de Teatro Existir fue la encargada de llevar a cabo esta representación, que se caracterizó por su lenguaje poético y crítico. La obra aborda cuestiones sociales y existenciales contemporáneas como la opresión, el poder, la diversidad, la inclusión, la memoria y el futuro de los derechos humanos. Con un guion y música originales, reunió a un elenco compuesto por diez actores y actrices, entre los que se encontraban tanto profesores como estudiantes de la UNED. Entre ellos destacó Ana María Marcos del Cano, catedrática de Filosofía del Derecho y directora del curso.
Una propuesta artística transformadora
La obra propone “una irrupción desde lo esencial”, combinando palabra, danza, canto y simbolismo escénico con el objetivo de interpelar al espectador e imaginar un futuro más humano y solidario. Este evento cerró un curso que se llevó a cabo entre el 7 y el 10 de julio, donde se exploraron las herramientas que pueden ofrecer el teatro, la filosofía y los derechos humanos para generar una transformación crítica en la sociedad.
Organizado por el Departamento de Filosofía Jurídica de la UNED, este curso fue dirigido por Ana María Marcos del Cano y coordinado por José Daniel Marcos del Cano. Durante estas jornadas se contó con la participación de destacadas figuras del ámbito académico, filosófico y teatral como Annamaria Rufino, José Romera Castillo, Valerio Rocco, Teresa Oñate, Javier Gomá, Luis Luque, Jorge Eines o Lourdes Reyes.
Pensamiento crítico en acción
Las ponencias abarcaron desde la figura clásica de Antígona como símbolo de conciencia y resistencia hasta los retos actuales del pensamiento escénico contemporáneo. Se invitó al público a reflexionar sobre el presente con una mirada crítica. Según los organizadores: “más que un curso, se ha tratado de una interpelación a la conciencia crítica, una invitación a pensar y actuar ante un presente que podría marcar un punto de inflexión en la historia de la humanidad”.