Las asociaciones pro Derechos Humanos han expresado su preocupación por la forma en que se comunican con los jóvenes, un tema que ha cobrado relevancia en el contexto actual. La cuestión central es cómo lograr conectar con una generación que ha reemplazado los libros y periódicos por plataformas como YouTube, TikTok e Instagram. Este desafío fue uno de los puntos destacados en una mesa de debate organizada durante las jornadas “Cómo comunicar en Derechos Humanos”, celebradas en los Cursos de Verano de la Complutense en San Lorenzo de El Escorial.
La moderadora del debate, Concepción Morales, magistrada y miembro del Observatorio de Derechos Humanos España, introdujo el tema planteando a los representantes de diversas organizaciones cómo están adaptando sus estrategias para llegar a los jóvenes. Entre las entidades participantes se encontraban Amnistía Internacional, la Asociación Pro Derechos Humanos España, la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo y el CERMI.
Estrategias para conectar con la juventud
Los ponentes compartieron sus enfoques sobre cómo transmitir mensajes significativos en un tiempo limitado. Se mencionaron las publicaciones e informes anuales, como el que realiza CERMI sobre la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, así como artículos y blogs que abordan diversas vulneraciones. Sin embargo, Morales lanzó una inquietante pregunta: “¿Pero si los jóvenes no leen, cómo os vais a comunicar con ellos?”
Las redes sociales emergieron rápidamente como una solución. Carlos Escaño Marín, responsable de Campañas y movilización social de Amnistía Internacional España, enfatizó la importancia de estar presente en estas plataformas. Afirmó que aunque hay espacios donde se promueven objetivos anti derechos humanos, es fundamental estar allí para alcanzar a una parte significativa de la población. Para ello, sugirió combinar mensajes creativos con enlaces a contenidos más profundos.
Desafíos y reflexiones sobre la comunicación actual
A pesar de las preocupaciones sobre las nuevas formas de comunicación, Luis Cayo Pérez, presidente del CERMI, rechazó la idea de que los jóvenes no leen o que es necesario adaptarse completamente a sus canales. Criticó lo que denominó “edadismo invertido” y recordó que “la juventud es un accidente que se suele pasar con el tiempo”. En su opinión, es crucial acercarse a los jóvenes sin olvidar al resto de la población.
Ignacio González Vega, secretario general de la Asociación Pro Derechos Humanos España, coincidió en que no se debe asumir que los jóvenes no leen. Subrayó la necesidad de invertir en educación pública y de calidad para defender los derechos humanos. Durante el debate también surgieron otros puntos relevantes; Escaño advirtió que el problema radica más en un déficit de poder que en un déficit informativo.
Conclusiones del debate sobre derechos humanos
El llamado “people power” fue mencionado como una estrategia clave para fomentar el cambio social. Además, Pérez insistió en la importancia de crear conciencia sobre la discapacidad como un asunto de igualdad absoluta de derechos. Por otro lado, Esteve destacó la necesidad de difundir conocimiento real sin caer en sensacionalismos.
Finalmente, González Vega propuso una receta clara: sensibilizar, formar y comunicar eficazmente porque “lo que no se comunica no existe”. Este enfoque integral busca garantizar que los derechos humanos sean accesibles y comprensibles para todos.