‘Per fer e sostenir joch’. ¿Eran ludópatas los valencianos de la Baja Edad Media? Este es el título del trabajo que ha sido galardonado en la XXV edición del Premio Medievalismo, otorgado por la Sociedad Española de Estudios Medievales. Este certamen se dirige a ensayos sobre la Edad Media, presentados por sus socios menores de 30 años. Es notable que este sea el primer trabajo escrito en valenciano/catalán que recibe el premio desde su creación.
El autor del ensayo premiado es Albert Barber Blasco, un doctorando de la Universitat de Lleida (UdL). Graduado en Historia por la Universitat de València (UV), Barber está inmerso en su programa de doctorado titulado Territorio, Patrimonio y Cultura. Su investigación se centra en las epidemias y crisis de mortalidad en Cataluña durante la Baja Edad Media (siglos XIV-XVI), bajo la supervisión de los profesores Pere Benito (UdL) y Rafael Narbona (UV).
Análisis del juego clandestino en Valencia
El ensayo examina cómo los juegos de azar eran objeto de persecución en Valencia durante la Baja Edad Media, utilizando fuentes legislativas, judiciales y literarias. A través de su investigación, Barber pone de manifiesto que estas actividades eran una de las principales formas de ocio tanto para las clases populares como para las élites y la nobleza. Los juegos se llevaban a cabo tanto en espacios privados (como casas y salones) como públicos (en calles y plazas), a pesar de los intentos por parte de las autoridades para frenar estas prácticas.
Barber concluye que “ni la persecución ni la imposición de penas, ni los discursos moralistas lograron detener la adicción y práctica de los juegos de azar”. Esta afirmación resalta el arraigo cultural del juego en esa época, reflejando una realidad social compleja.
Composición del jurado y premio otorgado
El jurado encargado de evaluar los trabajos estuvo compuesto por Ricardo Córdoba (Universidad de Córdoba), Hipólito Rafael Oliva (Universidad de Sevilla), Roser Salicrú y Lluch (CSIC), y Silvia María Pérez (Universidad Pablo de Olavide). El premio está dotado con 600 euros, lo que subraya el reconocimiento a la investigación académica en el ámbito medieval.