La discusión sobre el desarrollo responsable de las quantentechnologien (tecnologías cuánticas) está en auge. Investigadores de la Técnica Universidad de Múnich (TUM), junto con colegas de la Universidad de Cambridge, Harvard y Stanford, han abogado por establecer primero estándares internacionales antes de implementar leyes reguladoras. En un artículo publicado en la revista Science, el profesor Urs Gasser expone los beneficios de un sistema de gestión de calidad para estas tecnologías, señalando cómo los estándares pueden generar confianza y fomentar la cooperación entre naciones competidoras como China y Estados Unidos.
Las tecnologías cuánticas podrían tener un impacto aún más profundo que la inteligencia artificial. Por ello, se han intensificado las demandas para que su desarrollo tecnológico sea guiado desde el principio por marcos legales responsables. Sin embargo, Gasser argumenta que no están en contra de una regulación legal per se, sino que consideran que es más adecuado, en esta fase inicial, enfocarse en establecer estándares tecnológicos internacionales. Esto permitiría abordar objetivos cruciales como la seguridad, interoperabilidad, transparencia y responsabilidad. “Primero los estándares”, enfatiza.
Estrategias para un futuro seguro en tecnologías cuánticas
A pesar de la complejidad tecnológica, es esencial contar con normas técnicas adecuadas. La experiencia europea con la regulación de la inteligencia artificial ha puesto de manifiesto los problemas que surgen al adoptar enfoques incorrectos. Actualmente, existe una normativa sobre IA en la UE que requiere años de trabajo para definir los estándares necesarios para su comprensión y cumplimiento práctico. Esto puede generar incertidumbre legal y perjudicar el clima innovador en momentos críticos.
Pese a los desafíos, existen ejemplos exitosos de estandarización tecnológica. A lo largo del tiempo, diversas tecnologías han sido guiadas por estándares que luego sirvieron como base para regulaciones efectivas. Por ejemplo, la Organización Internacional de Normalización (ISO) ha establecido normas esenciales para la seguridad informática, vitales para proteger datos sensibles en el entorno digital actual. Asimismo, la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC) ha definido requisitos de seguridad para dispositivos médicos eléctricos, asegurando así la protección tanto de pacientes como de profesionales. De manera similar, el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE) ha creado estándares para redes inalámbricas que permiten una comunicación fluida entre dispositivos de diferentes fabricantes.
Nuevas iniciativas en marcha para establecer estándares cuánticos
A día de hoy ya están en marcha múltiples procesos de estandarización a nivel internacional y nacional. Por ejemplo, ISO e IEC han fundado a principios del 2024 el Comité Técnico Conjunto 3 (JTC 3), dedicado al desarrollo de estándares fundamentales para computación cuántica y comunicación cuántica. Además, organizaciones como IEEE y el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) también trabajan activamente en normativas relacionadas con criptografía post-cuántica y seguridad.
Nuestro enfoque propone implementar un sistema certificable de gestión de calidad (QMS) específico para tecnologías cuánticas. Este sistema no solo consideraría aspectos técnicos como estabilidad o seguridad, sino que también integraría cuestiones legales y éticas relevantes a nivel social. La certificación se centraría en el sistema de gestión del empresa y no únicamente en productos individuales, similar a lo que ocurre actualmente en el sector médico. Certificaciones otorgadas por entidades acreditadas podrían establecer un marco confiable que garantice calidad y responsabilidad.
Puntos críticos sobre la colaboración internacional en estandarización tecnológica
A pesar del contexto competitivo global, es posible alcanzar acuerdos internacionales sobre sistemas estandarizados. Los estándares pueden facilitar colaboraciones internacionales incluso cuando las relaciones políticas son tensas; esto es evidente entre China, EE.UU. y Europa. En foros como ISO e IEC se desarrollan normas reconocidas mundialmente que generan confianza hacia nuevas tecnologías e impulsan inversiones empresariales seguras. Además, estos estándares son más flexibles comparados con legislaciones formales: pueden adaptarse rápidamente a avances técnicos sin perder vista los riesgos asociados.
No obstante, algunos críticos señalan que este proceso puede carecer de legitimidad democrática.
Aunque la creación de estándares no sigue necesariamente un proceso democrático tradicional como el legislativo parlamentario, tampoco es un sistema cerrado solo para expertos. Las organizaciones internacionales suelen reunir diversos actores —empresas, grupos civiles o instituciones académicas— permitiendo una representación más amplia durante el desarrollo normativo. Así mismo, cada vez más se incorporan aspectos éticos y sociales en la elaboración estándar —como privacidad o inclusión— lo cual resulta fundamental dado su impacto societal.
No obstante las críticas existentes sobre dominación económica dentro del proceso estandarizador.
A medida que se avanza hacia una mayor inclusión social dentro del diálogo sobre estándares —especialmente visible en discusiones recientes sobre normativas relacionadas con IA— se reconoce abiertamente esta problemática. Es crucial entender que los estándares no sustituyen a las regulaciones políticas; más bien pueden servir como base previa necesaria antes del establecimiento formal por parte de instituciones democráticas ajustadas a contextos nacionales específicos.