Las bibliotecas de la Universidad de Cádiz (UCA) se han transformado en auténticos motores del conocimiento, adaptándose a las necesidades contemporáneas de los estudiantes y académicos. Este servicio no solo ofrece el tradicional acceso a libros, sino que también incluye una vasta gama de publicaciones científicas, formación en herramientas bibliográficas y el préstamo de ordenadores portátiles.
Distribuidas por los campus de Cádiz, Jerez, Puerto Real y la Bahía de Algeciras, las bibliotecas se han convertido en núcleos vitales para el aprendizaje y la investigación. Con más de ocho bibliotecas interconectadas, junto al Servicio Central que alberga valiosos fondos, este sistema reafirma su compromiso con el acceso libre a la información y el apoyo integral a toda la comunidad universitaria, incluyendo egresados.
Un Enfoque Dinámico y Adaptado a Nuevas Necesidades
La imagen clásica de una biblioteca como un lugar silencioso ha quedado atrás. La misión del Área de Biblioteca, Archivo y Publicaciones de la UCA es activa y ambiciosa: apoyar el aprendizaje, la investigación y la transferencia del conocimiento. Para ello, ofrecen servicios adaptados, recursos tecnológicos y espacios flexibles que fomentan un ambiente colaborativo.
Los valores institucionales que guían esta labor son claros: responsabilidad, igualdad, profesionalidad, transparencia, cooperación y sostenibilidad. La biblioteca se posiciona como un agente activo del cambio dentro de la universidad, contribuyendo a sus objetivos estratégicos: formar, investigar y servir a la sociedad.
Formación y Recursos Tecnológicos al Alcance de Todos
No se limita a custodiar libros; en la UCA los usuarios pueden acceder a una variada oferta de cursos formativos que les permiten mejorar en el uso de fuentes de información y recursos digitales. Además, el servicio de préstamo de ordenadores portátiles se adapta a diversas necesidades: desde préstamos diarios hasta opciones para todo un curso académico.
Las bibliotecas también son espacios donde se llevan a cabo presentaciones culturales y exposiciones. Un ejemplo notable es la biblioteca de Humanidades en la Facultad de Filosofía y Letras, que ha acogido eventos como la visita del poeta Luis García Montero, así como exposiciones sobre obras clásicas como la Odisea.
Espacios Versátiles para Estudio y Colaboración
Uno de los aspectos más apreciados por los usuarios es la posibilidad de reservar espacios para trabajar. Las instalaciones incluyen salas diseñadas para estudio individual o grupal, equipadas con tecnología multimedia para videoconferencias o trabajos colaborativos. En el Campus de Jerez destaca el Espacio de Igualdad, enfocado en actividades formativas sobre esta temática.
El servicio de préstamo ha sido modernizado para facilitar su uso. Los miembros de la comunidad universitaria pueden realizar reservas y renovaciones cómodamente desde su cuenta personal. Durante períodos vacacionales se ofrecen préstamos especiales prolongados que permiten estudiar sin limitaciones temporales. Además, cuentan con acceso a recursos electrónicos, revistas científicas y bases de datos esenciales para la investigación.
Pioneros en Transparencia e Investigación Universitaria
La Biblioteca también gestiona el Portal de Producción Científica de la UCA, donde se concentran más de 65.000 publicaciones, casi 3.700 tesis doctorales y más de 200 grupos investigadores. Esta herramienta permite consultar y evaluar la producción científica por áreas o autores, garantizando así una mayor visibilidad del trabajo realizado en la universidad.
La biblioteca histórica es otro tesoro invaluable dentro del patrimonio cultural universitario. Ubicada en los Servicios Centrales del Edificio Andrés Segovia, alberga colecciones que datan desde el siglo XVI hasta nuestros días. Este espacio conserva obras provenientes de instituciones académicas predecesoras e incluye donaciones privadas que enriquecen aún más su acervo.
Piezas Valiosas del Patrimonio Cultural
Dentro de sus joyas destaca un ejemplar antiguo titulado Las Siete partidas del Sabio Rey don Alonso el Nono, editado en Salamanca en 1555; así como el Atlas Marítimo de España, publicado por Vicente Tofiño en 1789. El libro más antiguo resguardado data del año 1518.
A través del cuidado meticuloso y políticas activas para su difusión, estas colecciones patrimoniales están destinadas no solo a ser preservadas sino también a ser puestas al alcance tanto alumnos como investigadores.