La Universidad Nacional de Colombia (UNAL), sede Bogotá, ha dado un paso significativo hacia el fortalecimiento de su infraestructura académica con la recuperación de un comodato del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la firma de un modificatorio a otro comodato con el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA). Estas acciones no solo amplían los espacios disponibles para la comunidad universitaria, sino que también consolidan una relación de cooperación científica y formativa con el ICA, una entidad clave en el ámbito agropecuario del país.
El retorno completo del comodato otorgado al IICA, que se especializa en el desarrollo agrícola y el bienestar rural en las Américas, junto con la renovación del acuerdo con el ICA, representa un avance estratégico para la UNAL. Ambas instituciones ocupaban edificaciones en ubicaciones estratégicas dentro del campus. El espacio del IICA está situado cerca de la portería de la carrera 30, mientras que las instalaciones del ICA se encuentran próximas al Edificio de Posgrados de Ciencias Humanas, diseñado por el arquitecto Rogelio Salmona.
Fortalecimiento institucional y académico
Desde hace más de siete meses, la Rectoría de la UNAL, bajo el liderazgo del profesor Leopoldo Múnera Ruiz, y la Vicerrectoría de la Sede Bogotá, encabezada por la profesora Carolina Jiménez, han llevado a cabo diálogos interinstitucionales que culminaron en este importante logro. La firma del modificatorio con el ICA no solo actualiza un contrato que tenía más de 20 años de vigencia, sino que simboliza una unión estratégica entre entidades públicas y académicas.
Según Paula Andrea Cepeda, gerente general del ICA, “este contrato representa el trabajo conjunto entre entidades del sector público y la academia; es histórico porque garantiza la continuidad de nuestro laboratorio principal dentro del campus y su articulación con las áreas de Agronomía, Veterinaria y Zootecnia”. Para la UNAL, recuperar estos espacios significa beneficios inmediatos: salones y auditorios adicionales para las Facultades de Ciencias Agrarias y Medicina Veterinaria y Zootecnia, así como áreas destinadas al bienestar comunitario.
Impacto en el bienestar universitario
La vicerrectora Jiménez subrayó que “la Sede Bogotá necesita ampliar sus áreas físicas”, añadiendo que este proceso permitirá hacerlo en coordinación con el fortalecimiento de relaciones académicas y científicas. En este sentido, se prevé iniciar adecuaciones a corto plazo para habilitar los espacios recuperados. Se proyecta un plan de intervención respaldado por un apoyo presupuestal que garantice su uso efectivo.
"Esperamos que este semestre podamos contar con una estrategia de uso y comenzar a ver resultados tangibles en beneficio de la comunidad universitaria", concluyó Jiménez.
Relevancia académica y científica
Los asistentes al acto protocolario destacaron que el retorno de esta infraestructura tiene un alcance académico considerable. El laboratorio del ICA es reconocido como uno de los más importantes en Colombia; durante la pandemia procesó pruebas y custodió vacunas. Por su parte, el IICA apoya a los países americanos en el desarrollo agrícola sostenible mediante cooperación técnica.
"La firma de este modificatorio debe ser apenas la primera de varias acciones conjuntas que fortalezcan las capacidades infraestructurales en la Universidad Nacional", afirmó Múnera. Este avance refuerza la visión de la UNAL como una institución que combina tradición con renovación, convirtiendo la recuperación de espacios en una oportunidad para consolidar un ecosistema científico con impacto nacional.