Estudiantes de la Universidad Católica de Valencia (UCV) brindan atención educativa, sanitaria y social a la población vulnerable de Limpio, Paraguay. Este proyecto de cooperación internacional ha movilizado a un grupo de estudiantes y un egresado hacia esta localidad paraguaya con el objetivo de abordar problemáticas críticas en salud y bienestar social.
La iniciativa, organizada por el Servicio de Cooperación Universitaria al Desarrollo del Vicerrectorado de Estudiantes y Vida Universitaria, se ha centrado en las necesidades más apremiantes de la comunidad. Al frente del equipo se encuentra Daniel Casañ, graduado en Fisioterapia y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFD), quien lidera junto a sus compañeros: Óscar Alhambra, estudiante de Educación Social; y Josu Barturen y Mateo Canales, ambos alumnos del grado en Medicina.
Un enfoque integral para mejorar la calidad de vida
Durante su estancia de tres semanas, el equipo trabajó desde la misión Corazón de Jesús, perteneciente a los sacerdotes Dehonianos. Allí implementaron una estrategia que combinó atención presencial con visitas a más de 40 hogares. La intervención se enfocó en resolver problemas médicos, sociales y fisioterapéuticos en varios barrios de Limpio, además de ofrecer charlas sobre salud en escuelas y parroquias locales.
Los voluntarios también llevaron a cabo un censo exhaustivo que permitió recopilar información sobre enfermedades prevalentes como la diabetes y la hipertensión, así como identificar riesgos sociales como la violencia familiar, el desempleo y la pobreza extrema. Esta labor no solo proporcionó datos cruciales, sino que facilitó acciones concretas como la distribución de medicamentos y orientación sanitaria.
Empoderamiento comunitario y aprendizajes personales
Casañ ha descrito su experiencia como “un reto tanto profesional como personal”, destacando que regresaron a España con una sensación profunda de haber recibido más de lo que dieron. Resaltó especialmente “la generosidad, compromiso y alegría” del pueblo paraguayo, quienes los acogieron con respeto.
A pesar del impacto positivo, Casañ también advirtió sobre las duras realidades socioeconómicas que enfrentaron durante su misión. Los voluntarios fueron testigos de situaciones alarmantes relacionadas con la vulnerabilidad económica y social, así como el abandono institucional que sufren muchas comunidades.
Crecimiento personal y profesional a través del voluntariado
Óscar Alhambra enfatizó la importancia del compromiso juvenil en las visitas realizadas. Más allá del trabajo diario, lo que realmente les impactó fue “la calidad humana” encontrada en un entorno frecuentemente olvidado. Esta experiencia dejó una huella significativa en todos los miembros del equipo.
Mateo Canales, por su parte, subrayó que esta experiencia no solo complementó su formación profesional sino que también benefició directamente a la población local. En conjunto, estos jóvenes han demostrado cómo el voluntariado puede ser una herramienta poderosa para el cambio social y el crecimiento personal.