Continúa la investigación sobre los efectos beneficiosos y perjudiciales de los productos sin gluten

Los productos sin gluten no son más sanos. La celiaquía y el aumento de casos relacionados con el gluten han llevado a la industria alimentaria a desarrollar nuevos productos para satisfacer las necesidades de esta población. Esta evolución ha permitido una mejora notable, pero sigue siendo necesario controlar su cantidad de sal y proteínas.

El equipo de Jonatan Miranda Gómez, farmacéutico de la UPV/EHU e investigador del grupo de investigación Gluten 3S, lleva años realizando un análisis nutricional de los productos sin gluten para garantizar que estén libres del mismo. Además, se abre una nueva línea de investigación para conocer mejor los efectos beneficiosos y perjudiciales que estos productos pueden tener en nuestra salud.

La proporción de celíacos no ha variado y sigue siendo de aproximadamente el 1%. Pero, por un lado, ha aumentado la población y, por otro, han surgido sensibilidades al gluten, con lo que, considerando también a este grupo, el problema afecta a un 10% de la población. «La industria ha sido consciente de ello —dice Miranda—. Por lo tanto, ha desarrollado más productos, lo que ha permitido que la propia industria investigue más y tenga en cuenta otros componentes. De alguna manera, este impulso social y de equipos de investigación ha provocado una evolución en la industria. Y la mejora ha sido notable.

Los productos sin gluten se han convertido en una alternativa alimenticia cada vez más demandada, ya que se consideran más saludables que los tradicionales. Sin embargo, no todos son igualmente nutritivos ni beneficiosos para la salud. Por ello, es importante elegir bien los productos sin gluten para asegurarnos de obtener los nutrientes necesarios para mantener una dieta equilibrada. Uno de los principales problemas de los productos sin gluten es su alto contenido en grasas saturadas y azúcares. Esto se debe a que, al no contener gluten, los productos suelen tener una mayor cantidad de calorías y grasas. Además, muchos de estos productos contienen aditivos artificiales, como colorantes o edulcorantes, que pueden ser dañinos para la salud.

Un ejemplo representativo es el de la pasta. La pasta sin gluten no se elabora con trigo, ya que contiene gluten, sino con maíz. Precisamente la harina de maíz ha sido siempre el ingrediente principal. Esto no ha cambiado en los últimos nueve años. Sin embargo, así como anteriormente el segundo ingrediente en importancia era la harina de arroz, actualmente el más común es el mijo. «Esto ha influido positivamente en la nutrición», señala Miranda. «Para fabricar pasta hay que hacer una extrusión y el mijo permite la extrusión utilizando menos lípidos». Además, han contribuido iniciativas legislativas en materia alimentaria, ya que los cambios de los últimos años han fomentado el cambio de los ingredientes de la pasta.

Es importante realizar una investigación exhaustiva sobre los efectos beneficiosos y perjudiciales de los productos sin gluten. Esto permitirá conocer mejor sus propiedades nutricionales y determinar cuáles son los más recomendables para consumir. También se podría estudiar el impacto de estos productos en la salud humana a largo plazo, así como las posibles interacciones con otros alimentos.