En el escenario, un actor se prepara para encarnar al General Bernardo Reyes, mientras el equipo de producción transforma el espacio en una celda. Este es el contexto de El último día de Reyes, una obra teatral escrita por Ricardo Marcos, que narra los eventos del fallido golpe de estado que culminó con la muerte del general, marcando así el inicio de la Decena Trágica.
La dramaturgia, publicada por la Editorial Universitaria de la UANL, se adentra en un ejercicio de metaliteratura, presentando teatro dentro del teatro. La obra se exhibirá el 19 de octubre a las 16:00 h en el Stand UANL durante la Feria Internacional del Libro de Monterrey.
Una mirada al Porfiriato
El último día de Reyes ofrece una reflexión sobre las posibilidades históricas en México durante el Porfiriato. En esta narrativa, se presenta a un Reyes poco conocido; no se trata del célebre Alfonso Reyes, sino de su padre, el General Bernardo Reyes. “Cuando uno piensa en Reyes, inmediatamente evoca a Alfonso. Pero yo me refiero a ese gran hombre, primer educador de Alfonso”, señala Marcos González.
Añade que la figura política de Bernardo Reyes revela un carácter ilustrado y comprometido con su tiempo. “Su actuar político viene de un hombre educado; su muerte está entrelazada con los acontecimientos trágicos que marcaron esa época”, explica González.
No obstante, reflexiona sobre cómo la historia ha reinterpretado los hechos detrás de la Decena Trágica: “No podemos estar completamente seguros de que su intención era derrocar a Madero, quien es considerado un héroe, pero no fue particularmente eficaz como político”.
El arte del metateatro
Marcos González, quien también ha sido Presidente de Conarte entre 2015 y 2021, ha cultivado su pasión por la literatura y la dramaturgia a lo largo de su carrera. “Mis ideas filosóficas y políticas han surgido del encuentro con grandes literatos como Dostoievski y Tolstoi”, comparte.
A pesar de sus responsabilidades públicas, encontró tiempo para escribir: “Gran parte de esta obra fue concebida mientras ocupaba mi cargo en Conarte. Siempre hay espacio para lo creativo, incluso en la función pública”, afirma Marcos González.
A través de biografías y estudios sobre Bernardo Reyes, el autor descubre a un líder romántico consciente del paso del tiempo y leal a Porfirio Díaz. Esta dualidad se refleja en la trama: “Para él, no había otra salida que el estallido social”, concluye.
Estructura dramática innovadora
La obra comienza con un prólogo que conecta eventos pasados con elementos contemporáneos. En este sentido, Marcos describe cómo dos actores interpretan diálogos que cuestionan la relevancia actual de figuras como Bernardo Reyes: “Sin pretender ser didáctica, hay puntos donde se pueden establecer conexiones”, aclara.
A medida que avanza la narración, los actores representan las tensiones entre pasado y presente. El epílogo refleja las reacciones del público ante lo expuesto en escena. “Es una especie de retroceso donde conectamos hechos históricos con cuestiones actuales”, sostiene.
Ricardo Marcos, además de su labor teatral, cuenta con más de 100 artículos publicados sobre música y ópera y ha escrito tres obras teatrales junto con sus respectivas puestas en escena.