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Bioplástico Andalucía

Desarrollan un bioplástico de hoja de mango para conservar alimentos en la UCA
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Desarrollan un bioplástico de hoja de mango para conservar alimentos en la UCA

martes 28 de octubre de 2025, 09:11h

Investigadores de la Universidad de Cádiz han creado un bioplástico biodegradable a partir de hojas de mango, que prolonga la conservación de alimentos y promueve la economía circular.

Investigadores de la Universidad de Cádiz han dado un paso significativo en el ámbito de los materiales biodegradables al desarrollar un bioplástico innovador que utiliza extracto de hoja de mango. Este avance, publicado en la revista Industrial Crops and Products, tiene como objetivo prolongar la vida útil de los alimentos mediante un método respetuoso con el medio ambiente.

El bioplástico, creado por el Departamento de Ingeniería Química y Tecnología de los Alimentos, combina dos polímeros: el ácido poliláctico (PLA), que proviene de fuentes vegetales, y el polihidroxibutirato (PHB), producido por bacterias. La clave del proyecto radica en la forma en que se incorporan los compuestos bioactivos de la hoja de mango, utilizando una técnica que evita el uso de disolventes químicos y altas temperaturas. Esto se logra a través de la impregnación con dióxido de carbono en estado supercrítico, lo cual asegura que no queden residuos ni se alteren las propiedades del plástico, haciéndolo apto para productos sensibles al calor.

Conservación Natural y Economía Circular

El investigador Ignacio García-Casas, uno de los autores del estudio, enfatiza la importancia del uso de residuos agrícolas locales, como las hojas de mango, para fomentar una economía circular. “Aprovechamos hojas que normalmente se queman para darles un nuevo valor en la industria agroalimentaria, aunque también tienen aplicación en cosmética o farmacia”, explica García-Casas.

Durante las pruebas realizadas, este bioplástico demostró su capacidad para liberar compuestos antioxidantes como el ácido gálico, lo que respalda su idoneidad para el envasado activo de alimentos. Además, el proceso empleado no compromete la estabilidad térmica del material ni deja trazas indeseadas de solventes.

Personalización y Futuras Investigaciones

Diego Valor, coautor del trabajo e investigador en la UCA, destaca que este enfoque permite crear envases adaptados a diferentes tipos de alimentos: “Hemos simulado diversas condiciones de envasado, obteniendo resultados positivos desde productos grasos hasta ácidos”.

A pesar del éxito inicial, el equipo sigue trabajando para mejorar las propiedades mecánicas del bioplástico y abordar limitaciones estéticas, como el color verdoso derivado de la clorofila. Aunque este color puede servir como indicador útil durante la impregnación, podría restringir su aplicabilidad comercial. La investigadora principal del estudio, Ludisbel León-Marcos, afirma: “Hemos demostrado que es posible fabricar envases respetuosos con el medio ambiente que ayuden a conservar los alimentos durante más tiempo”.

Además, están explorando otras alternativas utilizando residuos agrícolas adicionales, como hojas y ramas de olivo, que también presentan propiedades antioxidantes prometedoras.

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