La amenaza terrorista en Francia ha evolucionado significativamente en la última década. A diez años de los atentados de 2015, se observa un cambio en el perfil de los individuos involucrados en actividades extremistas. Según **Laurène Renaut**, especialista en radicalización y círculos djihadistas en línea, la amenaza actual proviene de jóvenes que operan sin vínculos con organizaciones estructuradas.
El **procurador nacional antiterrorista**, Olivier Christen, ha advertido que la amenaza djihadista sigue siendo elevada y ha aumentado el número de procedimientos relacionados con casos de extremismo. Este fenómeno no solo es un problema francés; se trata de una tendencia europea donde los perfiles de los implicados son cada vez más jóvenes. En 2023, por ejemplo, se registraron 15 jóvenes menores de 21 años involucrados en planes de atentados, cifra que aumentó a 19 en 2024 y se mantuvo alta en 2025.
Evolución del fenómeno terrorista
Además del rajeunecimiento, se destaca un proceso de *autoradicalización*. Estos jóvenes ya no necesitan contacto directo con grupos terroristas para ser influenciados; pueden radicalizarse simplemente consumiendo propaganda djihadista en línea. Renaut señala que el tiempo entre el inicio del consumo de estos contenidos y la decisión de llevar a cabo actos violentos se está acortando drásticamente.
La investigación realizada por Renaut durante ocho años incluye el análisis de las *djihadosphères*, espacios digitales donde se promueve el extremismo. Su trabajo busca comprender cómo los simpatizantes del **Estado Islámico** logran comunicarse y organizarse a pesar de la vigilancia constante sobre estas plataformas.
Perfiles de los radicalizados
No existe un perfil único para quienes se radicalizan. Los jóvenes afectados provienen de diversos contextos: algunos están escolarizados, otros han abandonado sus estudios o enfrentan problemas familiares o mentales. Sin embargo, todos comparten una característica común: su conexión a las redes sociales, donde circulan mensajes extremistas.
Renaut también destaca cómo las organizaciones terroristas apuntan a los jóvenes debido a su vulnerabilidad y falta de referentes claros. La presencia constante en plataformas digitales como **Roblox** permite a los reclutadores acceder fácilmente a estos adolescentes, integrándolos en narrativas extremistas bajo la apariencia de juegos.
Impacto del algoritmo en la radicalización
El fenómeno del *enfermamiento algorítmico* juega un papel crucial en este proceso. En TikTok, por ejemplo, si un usuario interactúa con contenido relacionado con el Estado Islámico, rápidamente comenzará a recibir más material similar sin necesidad de buscarlo activamente. Esta exposición continua facilita la normalización del discurso extremista entre los jóvenes.
A pesar de que las redes sociales afirman luchar contra la propagación del contenido terrorista, Renaut observa que muchos vídeos violentos permanecen activos durante largos períodos. Las tácticas utilizadas por los partidarios del Estado Islámico para evadir la moderación incluyen el uso de lenguaje codificado y técnicas para ocultar imágenes comprometedoras.
Cambios en la propaganda desde 2015
Desde la caída territorial del Estado Islámico en Siria e Irak, su capacidad para producir propaganda ha disminuido; sin embargo, sus seguidores continúan utilizando las plataformas digitales como campos de batalla simbólicos. Tras eventos significativos como el ataque del **Hamas** en octubre de 2023, hubo un resurgimiento notable en la actividad propagandística dentro de estas comunidades virtuales.
A día de hoy, coexisten contenidos ultraviolentos junto a materiales más teóricos que requieren una mayor inmersión ideológica por parte del espectador. Este enfoque dual permite captar tanto a aquellos atraídos por la violencia inmediata como a quienes buscan entender mejor el marco ideológico detrás del extremismo.
Discursos identitarios y marginalidad
Un aspecto central dentro de esta narrativa es el concepto de *marginalidad*. Los mensajes difundidos enfatizan que aquellos que se sienten excluidos o incomprendidos son potencialmente "verdaderos musulmanes" llamados a actuar. Este sentimiento es alimentado por interpretaciones distorsionadas del islam que promueven una visión maniquea entre "verdaderos" y "falsos musulmanes".
En resumen, **Laurène Renaut** subraya que esta retórica juega un papel fundamental al atraer a jóvenes vulnerables hacia ideologías extremistas. La combinación entre sentirse marginado y encontrar pertenencia dentro del discurso djihadista crea un caldo de cultivo propicio para la radicalización.