Lucha de titanes

Aquel iPhone gigante, con pantalla de diez pulgadas y, como un Smartphone, conectado permanentemente a internet tanto por Wifi como por redes 3G, revolucionó a los consumidores que ya agotaban sus necesidades con portátiles y ordenadores de sobremesa cuya evolución parecía agotada desde que se pusieran, los portátiles, de moda a comienzos de siglo.

El dispositivo iPad resultó ser tan atractivo dada su versatilidad. Te permitía de forma casi mágica, recibir correo, ver páginas web, películas, libros, revistas, periódicos, así como un mundo de miles y miles de aplicaciones que nos hacían la vida más fácil.

Enseguida salieron imitadores. Y no fueron precisamente los eternos gigantes fabricantes de ordenadores, IBM, Acer, HP. El primer rival que vio la tendencia del consumidor fue Samsung que enseguida sacó su Galaxi de siete pulgadas. El atractivo del dispositivo de menor tamaño que el iPad, al mismo precio del iPad, apenas tuvo éxito y si se vendió fue gracias a las compañías de móviles que lo facilitaban a un precio más asequible junto a planes de datos.

La llegada del iPad también fue un revulsivo para el sector editorial, que venía perdiendo ingresos por publicidad y circulación desde hacía más de una década. El dispositivo, tableta como se le empezó a denominar, ofrecía una lectura perfecta, con el añadido de que a la publicidad y a las informaciones se las podía enriquecer con vídeos y enlaces. El negocio editorial enseguida lo tomó como propio y empezó a desarrollar sistemas de visualización de sus ediciones impresas en la nueva tableta. La de siete pulgadas de Samsung no era el tamaño adecuado, así que la elección estaba hecha.

Samsung intentó hacerse también con ese segmento y enseguida sacó su Galaxy de diez pulgadas, que apenas tuvo éxito dado que se vendía al mismo precio que el de Apple, con un refresco de pantalla muy inferior, y, por supuesto, sin las miles de APP’s que ofrecía el dispositivo de la manzana. Además el precio también influyó ya que el comprador optaba por el original en lugar de la imitación.

El pasado mes de octubre otro gigante, este líder indiscutible de venta de libros on-line, Amazon, nos sorprendía anunciando el lanzamiento de tres tabletas, dos de siete pulgadas y una tercera de diez, con precios tan competitivos que anunciaban un cambio de tendencia. Presentó sus Kindle Fire con características similares a los de Samsung, pero a mitad de precio de los de Samsung. Los de Amazon utilizan para sus tabletas el sistema Android tuneado para que sólo puedan comprar libros, revistas y APP’s a través de su tienda, vetando a la de Google, que es la que precisamente distribuye el sistema operativo Android.

Google, que no se quiere quedar atrás, tras intentar y fracasar en sus negocios de telefonía móvil, se puso las pilas. Como el dinero le sobraba a raudales, adquirió la unidad móvil de Motorola para explotar sus miles de patentes en ese campo. Y estos días presenta también sus tabletas Nexus de site y de diez pulgadas fabricadas por Samsung para este gigante que casi monopoliza el negocio de las búsquedas y de la publicidad, a nivel mundial, de internet.

Está claro que los nuevos gigantes de la tecnología han intuido, y han acertado, que el consumidor se lanzará en esta década a acaparar tabletas y que al igual que casi todo el mundo anda con un Smartphone en la mano, en pocos años todos andarán con tabletas para leer revistas, periódicos, libros, ver el correo y navegar por internet.

El gran beneficiado será el sector editorial que con menos coste ofrecerá productos más atractivos y podrá ver la luz a la caída de circulación de sus publicaciones impresas, ofreciéndolas en dispositivos móviles con una actualización casi inmediata y con el atractivo de añadir videos, enlaces y otras aplicaciones.