Investigadores de la UFV y la URJC han desarrollado la PSSNUS, una escala para evaluar el impacto emocional y social del uso problemático del smartphone en jóvenes. Esta herramienta psicométrica identifica perfiles de riesgo y guía intervenciones, abordando problemas como ansiedad, baja autoestima y dificultades en relaciones interpersonales.
Un equipo de investigadores de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) y la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) ha creado y validado una escala innovadora destinada a evaluar los efectos emocionales y sociales del uso problemático del smartphone. La PSSNUS (Problematic Smartphone and Social Network Use Scale) se presenta como una herramienta psicométrica que permite medir con rigor el impacto emocional y social que tiene el uso del teléfono móvil y las redes sociales en los jóvenes.
Este desarrollo ha sido llevado a cabo mediante una colaboración interdisciplinaria entre profesionales de la psicología clínica, educativa y social. “El uso del móvil está tan normalizado que muchas veces no se perciben sus efectos reales. Esta herramienta nos permite poner datos y estructura a un fenómeno complejo, y hacerlo con rigor científico”, señala Octavio Luque-Reca, investigador principal del estudio.
Medir un fenómeno cotidiano con impacto creciente. En la vida de los jóvenes, el teléfono móvil se ha vuelto un elemento omnipresente, utilizado para estudiar, socializar, entretenerse o simplemente pasar el tiempo. Sin embargo, el uso excesivo y descontrolado comienza a mostrar consecuencias evidentes en la salud mental y en el bienestar relacional de este grupo. La ansiedad, las dificultades para concentrarse, la baja autoestima o el aislamiento social son algunas de las consecuencias que empiezan a ser claramente detectadas.
Ante esta situación, los investigadores han diseñado la escala PSSNUS, con la finalidad de proporcionar una herramienta confiable que ayude a identificar perfiles de riesgo y guiar intervenciones efectivas. “Queríamos una escala que reflejara lo que realmente viven los jóvenes, no solo cuánto usan el móvil, sino cómo ese uso impacta en su bienestar y en sus relaciones”, comenta Elena Bernabéu-Brotóns, profesora e investigadora de la UFV.
Cinco dimensiones clave para comprender el uso problemático del móvil. La escala PSSNUS evalúa cinco factores esenciales:
- Dependencia psicológica y urgencia de estar conectado: Este factor mide la necesidad constante de revisar el móvil y el malestar asociado a la desconexión. La incapacidad para desconectar refleja una dependencia que trasciende lo tecnológico e incluye lo emocional. “Muchos jóvenes sienten inquietud si pasan un rato sin el móvil, incluso cuando están con amigos o en actividades agradables. Es como si no pudieran estar tranquilos si no tienen acceso inmediato a sus notificaciones”, explica Carlos Marchena-Giráldez, psicólogo e investigador de la UFV.
- Comunicación digital frente a relaciones reales: Este aspecto también revela una preferencia creciente por comunicarse mediante dispositivos móviles en lugar de cara a cara. Cada vez es más común resolver conflictos o expresar emociones a través del chat, incluso en situaciones donde antes se requería cercanía física. “Es más cómodo escribir que hablar, pero cuando esto se convierte en la forma principal de comunicarse, las habilidades sociales se ven afectadas”, señala Christa Bewernick, psicóloga del equipo.
- Comparación social y necesidad de validación constante: Otro factor evaluado por la PSSNUS es la búsqueda de validación social. La obtención de "me gusta", comentarios o reacciones se transforma en un indicador del valor personal, mientras que comparar su vida con lo que otros muestran puede causar malestar emocional. “El deseo de reconocimiento digital es el factor más relacionado con ansiedad, depresión y estrés. Y es especialmente frecuente entre las mujeres jóvenes”, afirma Myriam Carbonell-Colomer, coautora del estudio.
- Control digital: vigilar y ser vigilado: Se ha identificado un patrón basado en controlar las actividades ajenas. Revisar lo que hacen personas cercanas o molestarse si no responden rápidamente son prácticas cada vez más comunes. “Son formas de control que parecen inofensivas, pero reflejan una necesidad constante de información o respuesta inmediata”, explican los expertos.
- Afecto en la concentración y rendimiento: El uso reiterado del móvil interfiere con estudios, trabajo y descanso, impactando negativamente en la productividad y calidad de vida. Muchos jóvenes se distraen fácilmente al consultar repetidamente su dispositivo. “No es solo perder tiempo; es perder enfoque. Afecta tanto a los estudios como al trabajo e incluso a momentos necesarios para descansar”, concluye Bernabéu-Brotóns.
Una herramienta útil para prevención e intervención. Con una muestra superior a 700 jóvenes entre 18 y 35 años, esta escala ha demostrado tener alta fiabilidad psicométrica. Está diseñada como una herramienta valiosa para psicólogos, orientadores y profesionales que trabajan con población joven; se espera que contribuya significativamente a identificar perfiles de riesgo, desarrollar programas preventivos y mejorar intervenciones clínicas.
A través de este proyecto se proporciona una visión científica sobre un fenómeno que afecta transversalmente a toda una generación, abriendo nuevas vías para entender cómo influye la tecnología en la salud emocional, las relaciones sociales y el equilibrio personal entre los jóvenes.