Investigación de la URV revela el potencial de los probióticos en niños con autismo y TDAH
Un enfoque innovador para abordar trastornos del neurodesarrollo
Los trastornos del neurodesarrollo, como el autismo y el TDAH, están en aumento a nivel global, planteando serios desafíos para la salud y bienestar de los más jóvenes y sus familias. Recientemente, un estudio liderado por la Universitat Rovira i Virgili (URV) ha explorado nuevas alternativas terapéuticas basadas en el uso de probióticos, que podrían ayudar a mitigar los síntomas de hiperactividad y mejorar la calidad de vida en niños diagnosticados con estas condiciones.
El autismo se manifiesta a través de dificultades en la interacción social y conductas repetitivas, mientras que el TDAH se caracteriza por problemas de atención e impulsividad. A pesar de sus diferencias, ambos trastornos comparten alteraciones en el funcionamiento ejecutivo, cruciales para regular procesos cognitivos y emocionales durante la infancia.
El eje intestino-cerebro: una conexión clave
La investigación actual se centra en el eje intestino-cerebro, que establece una relación entre el cerebro, el sistema nervioso y la microbiota intestinal. Este conjunto de microorganismos puede influir significativamente en la salud general y en el funcionamiento del organismo. La utilización de probióticos representa una vía prometedora que podría complementar las terapias tradicionales mediante fármacos.
Un ensayo clínico dirigido por Josepa Canals, catedrática del Departamento de Psicología de la URV, ha analizado si la administración diaria de probióticos específicos podría tener efectos positivos en niños con autismo y/o TDAH. En este estudio participaron 80 menores, divididos en dos grupos: uno recibió un probiótico específico (Lactiplantibacillus plantarum y Levilactobacillus brevis) mientras que el otro recibió un placebo durante 12 semanas.
Resultados prometedores en la reducción de síntomas
A través de cuestionarios dirigidos a los padres y pruebas informatizadas realizadas por los niños, se evaluaron aspectos como sintomatología, funciones ejecutivas y calidad de vida. Los resultados mostraron beneficios notables, especialmente en la disminución de síntomas relacionados con la hiperactividad e impulsividad entre los más pequeños diagnosticados con autismo o TDAH.
Aunque no se observaron cambios significativos en otros síntomas centrales asociados a estos trastornos, Canals subraya que “los resultados obtenidos evidencian el potencial de los probióticos como tratamiento complementario dentro del ámbito del neurodesarrollo”. Además, otro estudio paralelo dirigido por Mònica Bulló, catedrática del Departamento de Bioquímica y Biotecnología, examinó cómo estos probióticos impactan sobre la microbiota intestinal.
Nuevas estrategias terapéuticas basadas en la microbiota intestinal
Este análisis identificó bacterias intestinales comunes asociadas al autismo y TDAH que experimentaron cambios tras la ingesta del probiótico. Entre ellas destaca el género Odoribacter, relacionado con mejoras en salud metabólica y reducción de síntomas como depresión o fatiga. Asimismo, se observó una disminución en las bacterias vinculadas a peores manifestaciones clínicas.
Estos hallazgos refuerzan la necesidad de seguir investigando sobre el papel fundamental que desempeña la microbiota intestinal en los trastornos del neurodesarrollo. Además, abren oportunidades para desarrollar nuevas estrategias complementarias que incluyan la modulación del microbioma como parte integral del tratamiento.