La maestra Mariana Navarro Tovar, coordinadora de la Licenciatura en Nutrición de la Facultad de Enfermería y Nutrición de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), ha destacado que, a pesar de las políticas escolares que fomentan una alimentación saludable, el riesgo de una mala nutrición infantil persiste. Esto se debe al fácil acceso a productos “chatarra”, que contienen un alto contenido de grasas y azúcares.
Ante esta situación, desde la carrera de Nutrición se han puesto en marcha diversas acciones para promover la educación alimentaria en el hogar. “Dentro del plan de estudios, ofrecemos materias como Nutrición Materno-Infantil y Nutrición del Niño y Adolescente, que se imparten durante dos semestres consecutivos. En estas asignaturas, los estudiantes desarrollan charlas dirigidas al público general sobre temas relevantes como la lactancia materna o la alimentación durante el primer año de vida”, explicó Navarro Tovar.
Estas charlas son ofrecidas regularmente y están abiertas a madres, padres y cuidadores, con planes para su transmisión virtual para alcanzar a un mayor número de personas. Además, se ha observado que escuelas de educación básica solicitan apoyo, por lo que se envían estudiantes o personal capacitado para impartir pláticas a docentes y familias.
Estrategias para Regular el Consumo de Azúcar
En relación al consumo de azúcar en la infancia, la maestra enfatizó que no se trata simplemente de prohibir su ingesta, sino más bien de enseñar a regularla. “Es fundamental que el hábito comience desde casa. No tiene sentido decir que no afuera si en el hogar hay dulces por todas partes. La clave está en reducir gradualmente el consumo sin hacerlo drásticamente”, indicó.
Navarro Tovar subrayó que, desde un punto de vista biológico, el azúcar refinada no es necesaria en la dieta. Aunque puede asociarse con sensaciones placenteras, no debería ser utilizada como herramienta para calmar o premiar a los niños. “Los pequeños tienen una notable capacidad de adaptación. Si se realiza un cambio gradual, pueden acostumbrarse a una dieta con bajo contenido o sin azúcar”, aseguró.
Asimismo, desaconsejó el uso de edulcorantes en menores debido a posibles efectos adversos a largo plazo: “Lo mejor es mantener una dieta baja en azúcar sin recurrir a sustitutos químicos”, advirtió.
Importancia del Apoyo Familiar
Finalmente, la coordinadora resaltó la importancia de involucrar a toda la familia en los cambios alimentarios necesarios. “Es mucho más sencillo para un niño adoptar nuevos hábitos si ve reflejado ese cambio en su entorno familiar. Si solo se le pide a él que coma diferente, probablemente no funcionará. Debe ser un esfuerzo conjunto del núcleo familiar”, concluyó.
Hugo Laussin