El cambio climático se erige como un factor determinante en la proliferación de incendios forestales intensos y de múltiples focos que asolan España durante este verano. Según el investigador de la Universidad de Sevilla, Antonio Jordán López, la combinación de la acumulación de biomasa forestal y el abandono del paisaje agrario tradicional han contribuido a una mayor incidencia de megaincendios. Estos fenómenos presentan un comportamiento impredecible y efectos devastadores, superando incluso la capacidad de respuesta de las brigadas forestales.
Hasta la fecha, se han registrado más de 200 incendios forestales que han arrasado más de 148.000 hectáreas, según datos del European Forest Fire Information System (EFFIS). Aunque algunos incendios han alcanzado niveles alarmantes, ninguno ha sido clasificado aún como un incendio de “sexta generación”. Sin embargo, su potencial para evolucionar hacia esta categoría es elevado. Los incendios de quinta generación son grandes y rápidos, con múltiples focos que amenazan zonas urbanas durante olas de calor, pero pueden transformarse en eventos aún más destructivos si las condiciones lo permiten.
La Emergencia de los Incendios de Sexta Generación
Jordán describe los incendios de sexta generación como fenómenos que alteran la estabilidad atmosférica y son capaces de generar tormentas de fuego. “Imagina un fuego tan intenso y rápido que parece tener vida propia”, explica. Este tipo de incendio puede modificar el clima circundante y saltar distancias considerables en cuestión de minutos.
El investigador señala que el calor extremo liberado por estos fuegos genera vientos potentes que pueden alterar la atmósfera a gran altitud. Bajo estas circunstancias, se forman nubes tormentosas que producen lluvia y rayos, creando nuevos focos secundarios aleatorios. Las pequeñas partículas combustibles pueden ser transportadas por el viento a grandes distancias, lo que hace inútiles los cortafuegos tradicionales.
Estrategias para Combatir Megaincendios
Una vez desatado un megaincendio, apagarlo resulta prácticamente imposible. Aumentar el número de efectivos no garantiza éxito; a menudo, el agua lanzada desde aviones o helicópteros se evapora antes de alcanzar el suelo. En tales situaciones, lo único viable es controlar el perímetro del fuego y evacuar a la población mientras se espera un cambio en las condiciones meteorológicas.
Múltiples factores relacionados con el cambio climático están detrás del aumento en la frecuencia e intensidad de estos incendios: sequías prolongadas, olas de calor continuas y acumulación excesiva de material combustible son solo algunos ejemplos. Un aspecto particularmente preocupante es el aumento generalizado en las temperaturas; según la Organización Meteorológica Mundial, 2022 fue el año más caluroso registrado desde 1850.
Prevención: La Clave para Mitigar Incendios
Dado que apagar estos incendios es casi inviable, es crucial adoptar estrategias preventivas basadas en decisiones anticipadas y dinámicas. La gestión activa del territorio debe enfocarse en crear paisajes resilientes para minimizar el impacto anual que los incendios tienen en España.
Las recomendaciones incluyen mejorar la gestión del combustible en áreas forestales, recuperar actividades agrícolas tradicionales y diseñar espacios donde sea posible combatir los fuegos eficazmente. Además, es esencial aumentar la biodiversidad forestal mediante la plantación de especies más resistentes al fuego, como el alcornoque y la encina, en lugar del altamente inflamable pino o eucalipto.
Un Llamado a la Acción Científica
A medida que se intensifican estos fenómenos extremos, Jordán recuerda que los científicos llevan décadas advirtiendo sobre las consecuencias del cambio climático sin recibir atención adecuada. “Este tipo de incendios ya no se pueden apagar; solo podemos mitigarlos”, concluye. En este contexto actual, resulta más sensato buscar regímenes de incendios frecuentes pero menos intensos, evitando así catástrofes mayores.