Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Cambridge ha explorado una solución innovadora para aliviar las presiones que enfrentan los cuidadores informales. Este grupo, que se dedica a cuidar de amigos o familiares enfermos o con discapacidad, a menudo se siente invisible en sus propias vidas, priorizando las necesidades de quienes cuidan y descuidando sus propias emociones.
En el trabajo publicado en la International Journal of Social Robotics, los investigadores han demostrado que mantener conversaciones regulares con un robot humanoide puede generar beneficios significativos para estos cuidadores. Según el estudio, estas interacciones no solo disminuyeron la soledad y la sensación de agobio entre los cuidadores, sino que también les ayudaron a reconectarse con sus propias emociones.
Intervención pionera con robots sociales
El primer autor del estudio, el Dr. Guy Laban, del Departamento de Ciencias de la Computación y Tecnología de Cambridge, explicó que “estas conversaciones con un robot social proporcionaron a los cuidadores un espacio que les falta: un lugar para hablar sobre sí mismos”. La investigación consistió en una intervención de cinco semanas con un grupo de cuidadores informales, quienes suelen enfrentar desafíos emocionales y físicos al apoyar a personas con condiciones graves de salud.
A pesar de que muchos cuidadores encuentran gratificante su labor, el estrés emocional y físico puede ser abrumador. Los investigadores identificaron que el aumento en las responsabilidades familiares y la reducción del espacio personal contribuyen a una profunda sensación de soledad entre estos individuos.
La intervención permitió a los participantes, desde padres que cuidan a hijos con discapacidades hasta adultos mayores que asisten a parejas con demencia, interactuar con el robot Pepper dos veces por semana durante cinco semanas. El objetivo era observar cómo evolucionaba la percepción de los cuidadores hacia el robot y si lo consideraban reconfortante.
Resultados positivos en la salud emocional
Los resultados fueron alentadores: tras las conversaciones cotidianas con Pepper, los cuidadores reportaron mejoras en su estado anímico y percibieron al robot como cada vez más reconfortante. Además, manifestaron sentirse menos solos y estresados a medida que avanzaba la intervención.
“A lo largo de esas cinco semanas, los cuidadores comenzaron a abrirse más”, afirmó Laban. “Hablaban con Pepper durante más tiempo y reflexionaban más profundamente sobre sus propias experiencias”. Muchos expresaron que estas charlas les ayudaron a sentirse menos abrumados y más conectados con sus necesidades emocionales.
El estudio también reveló que hablar con un robot social podría facilitar la traducción de emociones no expresadas en una comprensión compartida significativa. Al finalizar la intervención, los cuidadores mostraron una mayor aceptación de su rol y evaluaron su experiencia de manera más positiva, reduciendo sentimientos de culpa hacia otros.
El futuro del apoyo emocional mediante robots
Estos hallazgos subrayan el potencial de los robots sociales para ofrecer apoyo emocional a quienes enfrentan cargas emocionales significativas. La coautora del estudio, la profesora Emily Cross, de ETH Zürich, destacó: “Este estudio es – hasta donde sabemos – el primero en demostrar que una serie de conversaciones con un robot sobre sí mismos puede reducir significativamente la soledad y el estrés en los cuidadores”.
Cross agregó que esta intervención no solo promovió la aceptación del rol del cuidador, sino que también fortaleció su capacidad para regular sus emociones. Esto resalta cómo los robots sociales asistenciales pueden proporcionar apoyo emocional cuando las conexiones humanas son escasas.
Cita:
Guy Laban et al., ‘Coping with Emotional Distress via Self-Disclosure to Robots: An Intervention with Caregivers.’ International Journal of Social Robotics (2025). DOI: 10.1007/s12369-024-01207-0