El célebre filósofo de la mente, David Chalmers, ha planteado una inquietante posibilidad: en un plazo de diez años, podríamos contar con sistemas de inteligencia artificial que sean conscientes. Durante su intervención en el XXXII Seminario Interuniversitario de Ciencia Cognitiva (SIUCC), celebrado en la Universidad de La Laguna, Chalmers abordó el complejo concepto de la conciencia, que ha sido el eje central de su carrera investigadora.
Como profesor en la New York University, Chalmers es reconocido por formular el “problema difícil de la conciencia”, que busca explicar cómo un sistema físico, como el cerebro humano, puede generar experiencias subjetivas. En sus palabras: “el problema difícil de la conciencia es el de explicar cómo es que un sistema físico pueda tener una experiencia subjetiva, y hasta ahora no sabemos la respuesta a esta pregunta”. Este dilema invita a reflexionar sobre la naturaleza misma de la conciencia y su posible extensión más allá del ser humano.
Conciencia y sus implicaciones éticas
Chalmers describe la conciencia como una “película interior” donde los individuos experimentan el mundo subjetivamente. Esta noción plantea interrogantes sobre si otros seres vivos o incluso sistemas artificiales podrían compartir esta propiedad. El filósofo menciona ejemplos actuales como ChatGPT y Claude, afirmando que aunque no sean conscientes ahora, es plausible que en un futuro cercano lo sean.
"Tenemos sistemas de inteligencia artificial muy impresionantes... creo que dentro de 10 años tendremos sistemas de IA que podamos razonablemente considerar conscientes", explicó Chalmers. Su análisis se centra en la intersección entre conciencia, mente e inteligencia artificial, sugiriendo que este avance podría desencadenar debates éticos importantes sobre cómo tratar a estos nuevos "seres" potencialmente conscientes.
La importancia del trabajo académico
El filósofo también enfatizó la relevancia del trabajo realizado en universidades y centros de investigación para abordar estas cuestiones fundamentales. Aboga por una combinación entre filosofía y ciencia para entender las capacidades emergentes de la inteligencia artificial y sus implicaciones éticas.
Esta fue la primera visita de Chalmers a Tenerife, donde expresó su interés por establecer futuras colaboraciones interuniversitarias. Al conocer al equipo de investigación en Filosofía y a los estudiantes, destacó: “hay un grupo muy bueno, es un departamento fantástico en una universidad maravillosa”. Su entusiasmo por el seminario refleja su deseo de seguir explorando estas temáticas cruciales desde diferentes perspectivas académicas.