Del 8 al 10 de julio, el Real Club de Golf La Herrería, situado en San Lorenzo de El Escorial, fue el escenario de las jornadas tituladas “Golf y sostenibilidad, parte 2”. Este evento formó parte de la programación de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense, donde se discutieron los diversos aspectos que hacen que un campo de golf sea verdaderamente sostenible. Temas como turismo, digitalización, financiación, competitividad, deporte y medioambiente fueron abordados con profundidad. Según Juan José Cerrón, director del curso y consultor medioambiental, “aquí se ha mostrado la vanguardia del conocimiento en esta área. No hay mejor curso que este sobre golf y sostenibilidad en España y Europa”.
La última jornada comenzó con una demostración práctica de dos iniciativas implementadas en el club, las cuales están integradas en su plan de acción de biodiversidad, parte fundamental del Plan Estratégico de Sostenibilidad. Este plan incluye también estrategias relacionadas con energías renovables y economía circular. Cerrón destacó que desde hace más de 20 años, La Herrería ha estado llevando a cabo acciones enfocadas en el desarrollo sostenible, lo que ha permitido elevar la calidad de sus servicios ecosistémicos naturales. Cada año se incorporan nuevas acciones directas dentro del plan de biodiversidad.
Iniciativas para la Biodiversidad en La Herrería
Entre las acciones observadas por los asistentes al curso –y transmitidas en directo por Telemadrid– se encontraba la reintroducción de pollos de cernícalos comunes y lechuzas. Estas aves son liberadas cuando alcanzan la autonomía necesaria. El objetivo principal es implementar un control biológico mediante soluciones basadas en la naturaleza para combatir especies perjudiciales como pulgones e insectos. “La reintroducción se realiza a través de una técnica conocida como hacking”, explicó Cerrón. “Criamos en cautividad a crías que no pudieron ser atendidas por sus madres debido a un proceso de troquelamiento, y luego las introducimos manualmente en casetas artificiales distribuidas por todo el club”. Durante varias semanas, se les proporciona alimentación hasta que son capaces de valerse por sí solas.
Cernícalos y lechuzas no son las únicas aves presentes en La Herrería. El campo cuenta con un total de 113 casetas, las cuales son revisadas anualmente para asegurar su buen estado. En el balance del año pasado, se constató que casi el 95% fueron utilizadas no solo por las especies reintroducidas, sino también por otras aves que aprovechan estas estructuras para criar. Se registraron 154 pollos de herrerillo común, 46 de gorrión molinero, entre otros.
Biodiversidad y Polinización: Claves del Ecosistema
Cerrón subrayó que el campo no solo exporta biodiversidad; las especies reintroducidas tienden a extenderse a áreas cercanas. Además, otros mamíferos como zorros y garduñas también juegan un papel importante en el control natural del ecosistema del Real Club de Golf La Herrería. “No podemos olvidar la polinización; es fundamental para mantener este entorno”, concluyó Cerrón.