El turismo gastronómico se adapta a las nuevas generaciones. Esta es la conclusión principal de un estudio realizado en la Universidad de Extremadura (UEx), donde se ha analizado el comportamiento de los turistas que visitan esta región con el fin de optimizar la oferta gastronómica.
Este tipo de turismo no solo representa una importante fuente de ingresos para las regiones, sino que también se ha convertido en un motor de desarrollo económico. Los turistas buscan experiencias que van más allá de la gastronomía, incluyendo actividades como visitas a fábricas locales, menús degustación temáticos, concursos de cocina y catas de vino.
Un análisis generacional del turismo gastronómico
Para maximizar el rendimiento del turismo gastronómico, es esencial comprender cómo se comportan los visitantes. En este sentido, el estudio realizado por la UEx examina tanto los factores actitudinales como situacionales que influyen en la intención y comportamiento de pago de los turistas.
Según Natalia López-Mosquera, profesora en la Facultad de Empresa, Finanzas y Turismo de la UEx y coautora del estudio junto a Beatriz Torres, “es crucial considerar que estos turistas se dividen en generaciones con gustos y preferencias específicas”. Así, los investigadores han clasificado a los visitantes en cuatro grupos generacionales: Baby Boomers (1946-1964), Generación X (1965-1980), Generación Y o Millennials (1981-1995) y Generación Z (1996-2012).
Estrategias adaptadas a cada generación
Los resultados revelan diferencias significativas en el comportamiento turístico entre estas generaciones. Por lo tanto, es fundamental que los destinos gastronómicos adapten su oferta a las preferencias específicas de cada grupo. Para atraer a la Generación Z, por ejemplo, es necesario que restaurantes e instituciones turísticas mantengan una presencia activa en redes sociales, destacando la sostenibilidad de sus productos. Además, estar al tanto de las tendencias virales puede ser clave para captar su atención.
La Generación Y responde positivamente a campañas publicitarias impulsadas por influencers, ya que si perciben prestigio social asociado a una experiencia gastronómica están dispuestos a pagar más por ella. Combinando esto con estrategias dirigidas a la Generación Z, se puede fortalecer la imagen de la gastronomía local.
En cuanto a la Generación X, su poder adquisitivo les lleva a valorar experiencias que les otorguen prestigio social; si sienten que probar la gastronomía local es bien visto por su entorno, también estarán dispuestos a gastar más. Por otro lado, los Baby Boomers tienden a ser más inflexibles en sus decisiones y menos susceptibles a las opiniones ajenas. Para ambos grupos, las estrategias centradas en la conexión cultural y autenticidad son fundamentales.
Propuestas para enriquecer el turismo gastronómico
A partir del estudio, las autoras sugieren varias estrategias para no solo aumentar los ingresos en destinos gastronómicos extremeños, sino también enriquecer la experiencia del cliente. Entre estas propuestas se encuentran modelos innovadores como la gastronomía experiencial y experiencias gastronómicas por suscripción. También se plantea implementar plataformas online donde los clientes puedan sugerir nuevos platos o personalizar menús.
Además, colaborar con proveedores locales y otras partes interesadas puede fortalecer la cadena de valor y mejorar la sostenibilidad del negocio. Esto ayuda a garantizar ingredientes frescos y locales mientras apoya económicamente a la comunidad.
Referencias:
Torres-Casado, B., & López-Mosquera, N. (2025). From Baby Boomers to Z: Gastronomic preferences and the generational framework of experience and branding. Journal of Destination Marketing & Management, 37, 101003. https://doi.org/10.1016/j.jdmm.2025.101003.