El Comité para la Prevención de la Tortura revela graves deficiencias en el trato a personas bajo custodia estatal, destacando el aislamiento extremo y la falta de atención adecuada a grupos vulnerables.
Aislamientos prolongados en recintos penitenciarios y la falta de intervenciones ante el consumo problemático de sustancias en niñas, niños y adolescentes son solo algunas de las “severas debilidades” que evidenció el Comité para la Prevención de la Tortura (CPT) en su Cuarto Informe Anual, el cual detalla las condiciones que enfrentan personas bajo cuidado o custodia estatal permanente.
Más de 100 visitas preventivas a residencias, hospitales psiquiátricos, cárceles y centros de detención fueron realizadas por el CPT, abarcando 13 de las 16 regiones del país. Este esfuerzo busca elaborar un diagnóstico sobre las condiciones críticas que afectan a quienes están bajo custodia estatal.
Un panorama complejo y preocupante
El organismo especializado en la prevención de la tortura presentó su estudio el jueves 24 de julio en el Campus Casa Central de la UC, con el apoyo del Centro para el Diálogo y la Paz. Los resultados revelan un panorama complicado: a pesar de los esfuerzos institucionales por introducir reformas, persisten condiciones que violan tratados internacionales.
“Es imperativo mantener un trabajo continuo en este tema; no podemos olvidar ni dar por resuelto. Las democracias son los regímenes políticos que mejor pueden garantizar la prevención de la tortura y otros malos tratos. Pero ello requiere voluntad y vigilancia permanente.” - Francisco Gallego, prorrector de Gestión Institucional UC
Francisco Gallego, prorrector de Gestión Institucional, destacó que durante debates recientes sobre defensa democrática se asumió erróneamente que existen mecanismos efectivos para proteger contra la tortura. Sin embargo, al revisar los informes anuales se evidencia que es esencial continuar trabajando en esta problemática.
La invisibilidad del problema
La percepción pública sobre la tortura está frecuentemente asociada a regímenes dictatoriales. En contextos democráticos, se tiende a pensar que este fenómeno ya no representa un riesgo significativo. Patricio Bernedo, director del Centro para el Diálogo y la Paz UC, enfatizó que “el problema actual es que creemos erróneamente que al superar las dictaduras se ha erradicado la tortura. Esta situación afecta especialmente a grupos vulnerables como las personas privadas de libertad”.
Bernedo subrayó que esta vulnerabilidad expone a estas personas a situaciones críticas: “Es un problema vigente e invisibilizado. Debemos visibilizarlo y preocuparnos por la dignidad humana”, afirmó.
Debilidades estructurales en el sistema
El informe del CPT señala serias deficiencias en la atención a niñas, niños y adolescentes en centros de protección y justicia juvenil, así como en personas con diagnósticos de salud mental. Estas falencias estructurales ponen en riesgo tanto la integridad como la dignidad de miles.
Se identificaron situaciones alarmantes como aislamientos prolongados en cárceles y ausencia de intervenciones adecuadas ante problemas relacionados con sustancias en menores. Además, se observó un uso abusivo de contenciones mecánicas para personas con problemas mentales involucradas en procesos judiciales.
Las prácticas denunciadas afectan desproporcionadamente a poblaciones vulnerables como personas con diagnóstico de salud mental, mujeres gestantes, ancianos, menores migrantes y aquellos pertenecientes a diversas identidades sexo-genéricas.
Aislamiento extremo: una forma moderna de tortura
Cientos de reclusos en módulos de máxima seguridad pueden pasar más de 22 horas diarias aislados. Esta práctica es considerada tortura si se extiende más allá de 15 días según organismos internacionales. El CPT considera urgente erradicar estas dinámicas debido a sus efectos devastadores sobre la salud mental.
Infografía capítulo II: Ejes Temáticos del Cuarto Informe Anual del CPT.
Muchos reclusos reportan deterioro severo en su salud mental e incluso alucinaciones. Además, una parte significativa es extranjera y está completamente aislada de sus redes familiares.
Dificultades en unidades forenses: derecho a la salud mental postergado
El CPT también denuncia serias fallas en los recintos forenses donde hay largas listas de espera para peritajes y falta de opciones residenciales para quienes han cumplido medidas judiciales. Esto prolonga innecesariamente su internación e incrementa los riesgos asociados a tortura y malos tratos dentro estos centros.
Colaboración necesaria entre instituciones
A pesar del panorama sombrío, algunos hallazgos son alentadores. Instituciones como Gendarmería y Carabineros han mostrado altos niveles de respuesta ante las recomendaciones del CPT e implementado cambios significativos en sus protocolos.
No obstante, persiste una preocupación por la baja respuesta desde organismos centrales encargados de implementar transformaciones estructurales profundas; solo el 43% ha realizado actividades hacia las recomendaciones emitidas anteriormente.
“Para que el trabajo de monitoreo funcione es esencial que las instituciones se comprometan con un enfoque preventivo. El Estado es el único capaz de prevenir la tortura.” – Luis Vial, integrante experto del CPT.
Luis Vial enfatizó que el éxito del monitoreo depende del compromiso institucional hacia un enfoque preventivo: “La adecuación temporal y efectiva a las recomendaciones depende del diálogo constante entre servicios y ministerios”, concluyó.