El programa Campus Rural, impulsado por el Gobierno, ha permitido a 24 estudiantes de la Universidad de León (ULE) aplicar sus conocimientos en proyectos reales dentro del entorno rural. Recientemente, la rectora de la ULE, Nuria González, y el subdelegado del Gobierno en León, Héctor Alaiz Moretón, visitaron las instalaciones de la empresa tecnológica agraria iRiego, donde dos beneficiarios están llevando a cabo su labor.
Este programa, que cuenta con el respaldo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, así como del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, busca que los estudiantes realicen prácticas en entornos rurales. A través de esta iniciativa, se fomenta no solo el desarrollo académico, sino también el crecimiento local al conectar a los jóvenes con sus comunidades.
Interés creciente entre los estudiantes
En su cuarta edición, el programa ha generado un notable interés entre los alumnos, recibiendo más de 50 solicitudes para cubrir las 24 becas disponibles. Estas se distribuyen en 10 ayuntamientos y diversas entidades como asociaciones y fundaciones.
Entre los beneficiarios se encuentran Andrea Castillo, estudiante de Ingeniería Agraria, y Mario Fuertes, estudiante de Ingeniería Informática. Ambos colaboran en proyectos relacionados con la mejora de sistemas de riego y la implementación de nuevas tecnologías en el sector agrícola.
Aportando valor al medio rural
Durante su visita, tanto González como Alaiz enfatizaron cómo este tipo de programas no solo enriquecen la formación académica de los estudiantes, sino que también fortalecen el tejido social y económico del medio rural al atraer talento joven. “Campus Rural es fundamental para cohesionar España territorialmente”, afirmó Moretón.
La rectora añadió que este programa conecta el conocimiento universitario con las necesidades locales, contribuyendo al desarrollo regional. Además, destacó el compromiso de la ULE con el medio rural como una oportunidad para transformar ambas partes.
Diversidad en las prácticas ofrecidas
Las prácticas se llevan a cabo en una variedad de entidades que reflejan la diversidad del entorno rural. Esto incluye desde ayuntamientos hasta centros culturales y organizaciones sin ánimo de lucro. Ejemplos incluyen la Reserva de la Biosfera de Babia y el Centro de Desarrollo Rural “El Villar”.
Los proyectos desarrollados por los estudiantes demuestran el potencial transformador que tiene la universidad cuando se alinea con las necesidades del territorio. Por ejemplo, un alumno colabora con una asociación empresarial en Lugo para fomentar la dinamización económica.
Impacto positivo en las empresas rurales
En Soria, un estudiante participa en tareas educativas en el Observatorio Astronómico de Borobia, mientras que en León otra estudiante trabaja en un proyecto arqueológico. Durante la visita también estuvo presente María José Vieira, vicerrectora de Emprendimiento y Empleabilidad.
José Francisco Fernández, gerente de iRiego, resaltó cómo iniciativas como Campus Rural son cruciales para encontrar trabajadores cualificados. “Estas becas nos permiten formar a jóvenes talentosos y ofrecerles oportunidades reales”, indicó.
Nuevas salidas profesionales para los jóvenes
Tanto Andrea como Mario coincidieron en señalar que esta experiencia les brinda una valiosa oportunidad para aplicar lo aprendido en clase. También destacaron cómo estas prácticas les ayudan a descubrir nuevas salidas profesionales vinculadas al medio rural.
Cabe destacar que Campus Rural forma parte de una estrategia más amplia del Gobierno destinada a cohesionar España territorialmente y promover innovaciones sostenibles alineadas con planes nacionales.